Por la cobardía de nuestros políticos , no se evalúa la educación en el informe PISA
14/12/2010 - 00:00
Según los resultados que acaban de darse a conocer del Informe PISA 2009, que mide la competencia lectora, matemática y científica de los alumnos, España ha bajado 12 puntos con respecto a la media del informe en el año 2000, que también se centró en la lectura, y se acentúan las desigualdades entre comunidades autónomas, siempre dentro de la zona media del informe. Una vez más los diagnósticos ya están hechos y es preciso intervenir con decisión en el sistema educativo. Los alumnos españoles de 15 años han tenido 481 puntos de media en lectura (en 2006, fueron 461), frente a los 493 de la media de la OCDE. España sigue contando con muy pocos alumnos en los niveles más altos de resultados (un 3% de los jóvenes comparado con el 8% de media de la OCDE), y como indicador de la salud de nuestro sistema educativo, el índice de repetidores sigue siendo el más alto de la OCDE con un 36%. En conjunto seguimos por debajo del promedio de los países evaluados, con una ligera mejora sobre los bajos resultados obtenidos en los informes anteriores. Los datos del estudio confirman además las desigualdades entre comunidades autónomas que anulan toda propuesta de equidad en el sistema. Castilla y León, La Rioja, Cataluña, Galicia y Madrid obtienen resultados similares a la media del informe, mientras Andalucía, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla se hunden en la clasificación. No han sido evaluadas la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Extremadura, comunidades con tasas de fracaso escolar superiores a la media. ANPE rechaza la valoración del ministerio, que habla de estabilidad en el sistema educativo español. No puede llamarse estabilidad a la situación en la cual nuestro país no alcanza nunca a la media europea en los informes internacionales sobre educación. Una vez más, ANPE reclama una intervención inmediata a nivel de Estado para realizar los cambios y reformas que precisa el sistema educativo. ANPE se reafirma en que es imprescindible: Aumentar el gasto público destinado a la educación hasta al menos un 7%, (en la actualidad nuestro porcentaje del PIB destinado a educación está por debajo del 5´5% de media en los países de la OCDE) y los presupuestos generales del Estado han reducido la inversión educativa más de un 8%, siendo aún mayor el porcentaje precisamente en las partidas relacionadas con programas de apoyo y refuerzo y con la estabilidad del profesorado. Apostar decididamente por la calidad de la enseñanza pública, que precisa de los mayores medios y recursos por ser la que está afrontando en primera línea los nuevos retos sociales. Evitar la constante irrupción del debate político en la escena educativa, que hemos visto, una vez más, con el frustrado Pacto de Estado. ANPE insiste en exigir una actuación a nivel de Estado que vertebre y cohesione el sistema educativo de manera que se eviten las enormes desigualdades entre comunidades autónomas. Una reforma eficaz que, partiendo del refuerzo a las materias instrumentales básicas en la Enseñanza Primaria, diseñe una nueva estructura para la Secundaria y el Bachillerato y potencie las enseñanzas de Formación Profesional. Potenciar un nuevo modelo educativo que se fundamente en la exigencia y el esfuerzo en el aprendizaje. Las limitaciones de la enseñanza comprensiva se han puesto de manifiesto claramente y los países que adoptaron este modelo educativo hace veinte años ya lo han abandonado. Como el estudio demuestra, la inversión tecnológica por si sola no es suficiente. Es preciso enmarcarla en un diseño pedagógico nuevo. Una toma de postura clara de la administración educativa a favor del profesorado, con un aumento de la valoración social de la tarea docente, con la verdadera renovación de su formación inicial y continua y con el diseño de una carrera profesional en un nuevo marco jurídico que regule la situación del profesorado y atraiga a los mejores universitarios hacia la docencia. . . .