Porfirio y la operación bikini
Como en puzzle, el Gobierno regional va, poco a poco, encajando sus piezas. El portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Leandro Esteban, anunciaba, tras el Consejo de Gobierno, los nombres de los que serán los cinco delegados provinciales de la Junta: Javier Cuenca en Albacete, Antonio Lucas en Ciudad Real, Rogelio Pardo en Cuenca, Fernando Jou en Toledo y Porfirio Herrero en Guadalajara. Se empieza a cerrar, de ese modo, un círculo que comenzaba con la elección de los consejeros y que con el paso de ayer da por concluida la primera fase de nombramientos en un Gobierno que anunciaba austeridad y recorte en los cargos. Se prescinde de los delegados provinciales de las distintas consejerías, con lo que estos cinco superdelegados pasarán a sustituir a las 30 personas que ocupaban las delegaciones de la Junta en las distintas provincias. Empieza, en serio, lo que esta semana la presidenta regional denominaba como la operación bikini en la administración regional (se suprimern el 60% de los altos cargos), es decir quitar la grasa que sobra y dejar solo lo que hace falta. Según los propios populares con este medida el ahorro en concepto de sueldos será, de 12,6 millones de euros en la legislatura, a los que habrá que sumar los gastos que los delegados generaban. Sin duda, un buen pellizco que se podrá destinar a otro tipo de cuestiones y un ejemplo más de que el PP se ha tomado muy en serio que para exigir la, tan pregonada, austeridad hay que empezar con el ejemplo. En nuestra provincia el encargado de supervisar la misma será Porfirio Herrero quien se encargará de cumplir las máximas impuestas por Cospedal: favorecer la generación de empleo en época de crisis y garantizar los servicios básicos. Quizá por eso, no hubo sorpresas y se apostó por el que antaño fuera director provincial del INEM, un hombre con experiencia y demostrado buen hacer. Para él y para Guadalajara se inicia una nueva etapa.