Preguntas sin respuestas

Los Multicines de Guadalajara proyectan esta semana la película documental fruto de dos años de investigación sobre el accidente del tren Alvia que descarriló el 24 de julio de 2013 cuando iba a llegar a Santiago de Compostela dejando 81 fallecidos y más de 140 heridos. No es la única tragedia que hemos vivido en España. Recordemos, por citar alguno de estos terribles accidentes, el de Spanair, el metro de Valencia o el Yak-42. Además de la muerte y el dolor, todos estos siniestros tienen también en común el dejar en el aire demasiadas preguntas sobre qué es lo que en realidad ocurrió aquel día y hasta dónde deberían alcanzar las responsabilidades. Fallos humanos, problemas técnicos, malas decisiones de las administraciones. En todos los casos largos procesos judiciales, demasiadas interrogantes y sensación para las víctimas de que o bien se ha encontrado una cabeza de turco que pague las consecuencias o bien se han diluido en exceso las culpas de quienes debieron hacerlo mejor. Las indemnizaciones, si bien necesarias y justas, no son el único consuelo de quienes sufrirán para el resto de sus vidas los efectos de un siniestro. Es necesaria una investigación profunda de las causas, sobre todo para que estas desgracias no vuelvan a repetirse, pero también porque el conocimiento de la verdad y una acción eficaz de la Justicia reportan cierta satisfacción moral y social. No se trata de venganza ni de buscar culpables si realmente no los hay, porque los accidentes ocurren y nadie los desea aunque se haya podido equivocar en algo. La cuestión es evitar la sensación de desprotección ante el poder y de impunidad que sienten, como ahora es el caso, estos familiares y amigos que no comprenden la existencia de una curva tan cerca del punto de llegada que obligaba a una reducción drástica de la velocidad en pocos segundos o que toda la responsabilidad recaiga en el maquinista. Guadalajara tuvo sus víctimas en aquel accidente y por ello es uno de los lugares a donde llega esta película cuya finalidad es poner de manifiesto “la cadena de errores y negligencias” que se produjeron.