Premios a la calidad y al esfuerzo

01/12/2013 - 00:00 Redacción

 
 
  Guadalajara se convertía esta semana en el mejor escaparate de la industria agroalimentaria de la región. Tras haber pasado por Molina o Sigüenza, entre otras localidades, los Premios Gran Selección recalaban en su XXIV edición en la capital para poner de relieve que en una situación económica como la actual, ni las administraciones ni la sociedad pueden dejar en el olvido las actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería. Todo lo contrario. No hay que olvidar que la mayor industria autóctona que existe en nuestra provincia es, sin duda, la relacionada con este sector, algo que se repite en el resto de la región. El sector primario supone en Castilla-La Mancha el 7 por ciento del PIB, un porcentaje por encima de la media nacional. En la comunidad se contabilizan 2.400 empresas agroalimentarias con más de 22.000 trabajadores, 26 denominaciones de origen, nueve indicaciones geográficas, seis marcas colectivas, etc. Y no solo eso sino que el 4,6 por ciento de las exportaciones totales en España son productos castellano-manchegos. De ahí la relevancia de unos galardones como los entregados el martes con los que el Gobierno regional viene a reconocer la labor y el esfuerzo que realiza el sector para elaborar productos de calidad, competitivos, seguros y adecuados a las demandas de los consumidores. Pero, además, numerosos representantes de la industria agroalimentaria ven en estos galardones la mejor apuesta para dar a conocer y promocionar la excelente calidad de algunos de los alimentos más representativos de nuestra tierra, así como impulsar su comercialización. Con estos premios se quería reconoce a productos como el vino, queso, aceite de oliva virgen extra, miel, azafrán de La Mancha, jamón serrano y berenjena de Almagro, todos ellos incluidos en programas de calidad diferenciada, ofreciendo a consumidores y profesionales de la alimentación la plena seguridad de que en su mesa tendrán lo mejor de los Alimentos de Castilla-La Mancha. Variedad y calidad que, desde siempre, han constituido la actividad primordial de nuestro territorio pero que ahora se debe mimar por haberse convertido de nuevo, en punta de lanza de futuro.
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