Primavera turbulenta

19/03/2016 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Es ya casi famosa la frase de “la primavera ha venido y nadie sabe como ha sido”. A ninguno se le escapan todos los cambios que suelen darse en las distintas estaciones y pensar en el cambio climático puede que sea una pista a considerar, pero nos parece que quizá habría en ello cierta exageración. El pasado verano, el otoño y el invierno que ya termina han sido raros porque ha hecho mucho calor seguido y el frío apenas ha existido y es que la naturaleza tiene fuerzas escondidas que para el hombre todavía resultan difíciles de saber o predecir. Hemos estado hablando sobre la crisis económica, que parece haberse instalado y cuya erradicación resulta de muy difícil solución, y cada meteoro que nos visita en lugar de paliarla con frecuencia sirve para agravarla. Cierto que uno se acuerda de aquello que nos enseñaban de que la energía ni se crea ni se destruye, se transforma.A lo mejor es que todavía este homo sapiens no ha aprendido a transformarla suficientemente en su beneficio y cada acontecimiento natural le proporciona más problemas que soluciones. Llueve y viene bien porque estamos luchando contra la terca sequía. Nieva y viene bien porque nos proporciona agua. Hace erupción un volcán y paraliza las alas que el hombre se había hecho para trasladarse con mayor rapidez. Poco somos, a pesar de que se haya adelantado mucho, frente a estos meteoros de la naturaleza. El hombre tiene que aprender a usar el medio, incluso a dominarlo con su inteligencia y en su favor, y que el medio no lo determine hasta el punto de depender de él… Y esta primavera nos llegará con la incertidumbre de quienes han de gobernarnos. Parece que los elementos todos en este caso humanos hayan desatado toda su fuerza en complicarlo.
Uno no recuerda en nuestra Democracia que haya existido una situación igual, ni parecida. De repente el gobernarnos se ha complicado para el hombre de a pie, y perplejo asiste a ver cómo somos capaces de solucionarlo. No queremos ni sabríamos exponer la situación, y tampoco, creemos que para muchos esté claro, pero va siendo hora de que se aclaren quienes desean gobernarnos para que la nave no ande con rumbo a ninguna parte demasiado tiempo. Ante ello sólo la sensatez y tenacidad pueden conseguirlo. Parece que leyes sobran. Esperemos que buena voluntad no falte, y que todo este tiempo no sea perdido sino que consiga lo mejor para todos.