Profesionalizar el turismo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
El más avispado paseante de la calle Mayor servía antes para enseñar los encantos del Palacio del Infantado al primer madrileño que se dejara caer por la zona en busca del tarro de miel de barro tapado con celofán amarillo.
El tiempo ha pasado y, entre otras cosas, Guadalajara cuenta ya con una escuela universitaria en la que cada año sale una nueva promoción de diplomados en Turismo. Estos profesionales se quejan, a pesar de los enormes cambios experimentados en los últimos años, del intrusismo que persiste en el gremio. Para luchar contra los falsos guías sólo hay que confiar en el criterio de quienes nos visitan y que, sin duda, les obligará a decantarse por las personas formadas. Ese criterio es el que ha hecho que en los últimos años las cifras de visitantes y pernoctaciones en nuestra provincia hayan subido en porcentajes de hasta el 30 por ciento, superando estas últimas el medio millón ya en el año 2007. La crisis ha frenado el crecimiento imparable del sector turístico; sin embargo, esta actividad económica había alcanzado ya unos niveles de calidad que le ayudarán a superar el bache económico. Además de la oferta hostelera acorde con las demandas exigentes de quienes nos visitan, el turismo de Guadalajara, en especial el de la capital, necesita de aquellos que sepan mostrar sus encantos, desempolvar sus esencias más ocultas y abrir los ojos del visitante a un mundo inimaginable para quienes transitan de paso por la provincia a través de la A-2 o el AVE Madrid-Barcelona. Los guías turísticos son una especie de llave para entrar al turismo de la ciudad y la provincia por el camino más directo, todo un reto que este gremio profesional ha sabido entender subiéndose al carro de la especialización y la profesionalización de su actividad. Se trata de un aliciente más para conseguir que Guadalajara deje de ser esa gran desconocida, dispuesta a mostrar todo un mundo de posibilidades de ocio.