Quien ama no mira estorbo

24/12/2013 - 23:00 Conchita del Moral

 Dice el libro de la Sabiduría “Se rompió el silencio de los siglos un quieto silencio que contenía todas las cosas, y la noche, en su carrera había hecho la mitad de su camino”. Y es que va a venir el Redentor el que ha sido tan esperado durante siglos, el que anunciaron los profetas. Estamos acabando el tiempo de Adviento, cuatro semanas de expectación para conmemorar el evento más importante, que no tiene parangón, y es que el Rey de reyes y creador de todo lo creado, el mismo Dios baja a la tierra para redimirnos a todos. Es tanta su humildad que se hace niño, nace de una mujer como todos nosotros; María Virgen, antes, en y después del parto. Los teólogos lo explican así: “podía, convenía, luego lo hizo”.Quiso nacer pobre en un establo, podía habernos redimido de otra manera, pero su amor es infinito y es que el amor verdadero se da por completo a quien ama, así siendo hombre como nosotros nos sería más fácil intimar con El. Y es que como dice el refrán “Quien ama no mira estorbo”. Como todos los niños lloraría, tendría frío en el establo aunque no dudamos que la Virgen le tendría la ropica preparada y san José encendería el fuego. Y los primeros que se enteraron de éste acontecimiento no fueron los sabios, ni los Reyes, fueron los pastores gente sencilla, pero noble y apresurados fueron a adorarle y llevarle sus presentes y es que Dios ensalza a los humildes. Qué paz reinaría en aquel recinto.
 El portal de Belén es una cátedra donde podemos aprender tantas virtudes, valores humanos, el desprendimiento hasta en lo necesario, la obediencia a la autoridad que había decretado que fueran a empadronarse, la alegría de estar cumpliendo con lo mandado. El cariño que reinaría entre los tres. La unidad entre los esposos. Todos los protagonistas de la Navidad son humildes y sencillos.
 Son fiestas muy entrañables de reunirnos en familia, poner el belén, cantar villancicos, tocar zambombas, adorar y cantar al Niño y porque no, también comer turrones y una cosa aconsejable, ver si tenemos algún resentimiento con alguien y hacer las paces; llevar la alegría a otras familias que estén necesitados, el aguinaldo y pasárnoslo muy bien porque el mundo estaba a oscuras y vino la Luz.
¡Felíz Navidad, Año Nuevo! Y a ver si los Reyes Magos nos dejan algún presente.
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