El próximo 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de Lucha contra la violencia de género. Con la fecha en ciernes, se suceden las conferencias, jornadas y cursos sobre el tema que vienen a poner de manifiesto no sólo que el problema pervive y cómo hay que afrontarlo sino que sirven para sacar a relucir unas estadísticas que no pueden pasar desapercibidas. Ayer el subdelegado del Gobierno en la provincia de Toledo, Francisco Javier Corrochano era el encargado de inaugurar en la capital regional el IV Curso Regional de Formación en Violencia de Género que organiza la Delegación del Gobierno. En su exposición aseguró que un total de 2.420 mujeres de Castilla-La Mancha han denunciado a sus parejas o exparejas por violencia de género y que 3.709 tienen orden de protección en la región, de las cuales 432 son en Guadalajara. Durante los últimos años las cifras van en aumento lo que tiene una doble lectura, por un lado puede considerarse un dato positivo ya que se han aumentado las denuncias, pero por otro más denuncias pueden ser un síntoma del incremento de las agresiones. En ambos casos se antoja necesario hacer balance sobre cómo están influyendo las campañas de concienciación sobre estos actos de violencia. Para que la lucha contra los malos tratos que padecen las mujeres sea efectiva debe desarrollarse en el espacio de la vida pública, porque se trata de una flagrante violación de los derechos humanos que hay que combatir con toda la fuerza y todos los instrumentos del sistema democrático, impidiendo que día a día se siga practicando esa especie de terror de puertas adentro del hogar por quienes de puertas afuera pretenden aparecer como ciudadanos de intachable conducta. No resulta admisible que las muertes por violencia de género asciendan a 52 en España en lo que va de año. Resulta un dato demasiado escalofriante. Queda mucho por hacer para que el rechazo generalizado a estas actitudes violentas se convierta en la erradicación de las mismas.
