Recuperar 'la vida' en el centro capitalino
22/02/2011 - 00:00
No es nada nuevo. Desde hace años se viene escuchando la necesidad de que el centro capitalino cuente con un plan de dinamización que permita, no sólo recuperar la vida residencial, en una zona eminentemente comercial y ocupada por oficinas, sino que favorezca el desarrollo de su comercio y hostelería. La crisis y las obras que desde hace más de un año se están ejecutando en el casco histórico han sido consideradas por estos sectores económicos como la puntilla para unos negocios que durante años han visto mermado su mercado y que han tenido que enfrentarse al desembarco de las grandes superficies comerciales en Guadalajara. Ahora, a pocos meses de que la remodelación integral que ha afectado a las calles más céntricas y la plaza Mayor toque a su fin, el alcalde, Antonio Román presentaba un ambicioso Plan de Fomento de las Actividades Comerciales y Turísticas del centro de la ciudad, cuyo objetivo principal es devolver la vida a esta zona, especialmente durante los fines de semana. La iniciativa, al menos sobre el papel, es amplia y concreta. Desde agilizar la tramitación administrativa para la apertura de nuevos establecimiento (de tal forma que la licencia se obtenga en menos tiempo) a subvencionar el pago de los salarios de los trabajadores que permitan ampliar la apertura de los locales a los sábados por la tarde y los domingos, pasando por la bonificación de la mitad del IBI para las empresas que aumenten el número de empleados y para jóvenes emprendedores de negocios en el casco histórico, por el lanzamiento de ayudas para modernizar los locales o la reducción de la tasa de terrazas en vía pública para aquellos locales que las mantengan todo el año. Todo con el objetivo de que estas calles recuperen, junto a su esplendor pasado, el bullicio de otros tiempos en los que eran el punto neurálgico de la ciudad. Sin embargo, de poco servirá este plan municipal si no existe una predisposición empresarial que, en los tiempos que corren, se ve muy limitada por las circunstancias. Quizá las medidas lleguen tarde pero, como dice el refrán, más vale tarde que nunca.