Reivindicando el futuro de la Sierra

11/10/2012 - 12:26 Redacción

Jadraque acogía el sábado la celebración del V Día de la Sierra. La cita que nacía en 2008 por iniciativa de la Asociación Serranía de Guadalajara gana adeptos edición tras edición consiguiendo, de este modo su principal objetivo: divulgar el patrimonio cultural y natural de la Sierra, fomentar la cultura tradicional y vivir un día de exaltación de la comarca. Muchos son los que ya no faltan a la celebración que en estos años ha pasado por Hiendelaencina, Galve de Sorbe, Arbancón y Majaelrayo. Si el año pasado la nota diferencial la ponía el homenaje especial para el gremio de los carteros rurales, que tantas penurias pasaron por esta sierra cuando no había carreteras ni coches, en esta ocasión se reivindicaba la importancia del ferrocarril. Más aún teniendo en cuenta la relevancia que ese medio de transporte ha tenido para la localidad anfitriona, Jadraque. El tren siempre ha marcado el desarrollo social y económico de ese municipio y aún hoy sigue teniendo mucha relevancia como vertebrador de ese otro corredor hasta Sigüenza. En un momento en el que los recortes presupuestarios han llegado a poner en entredicho el mantenimiento de la línea, reconocer su trascendencia servía para reivindicar su permanencia. Pero no sólo eso, sino que además, se volvía a poner énfasis en la conservación del patrimonio de esta comarca. Avocada a sobrevivir prácticamente de la actividad turística, el cuidado de sus monumentos, tradiciones, gastronomía y cultura se configura como una tarea prioritaria. De ahí que se siga poniendo de relieve la necesidad de intervención en monumentos tan relevantes como  el monasterio de Bonaval y el castillo de Galve de Sorbe o en la trascendencia de dar un impulso al Plan del Románico. Eso, sin olvidar la importancia de poner en valor el olvidado patrimonio industrial, los escudos en las casonas, picotas, arquitectura tradicional, exvotos, herrajes, alfarería, labores textiles, refugios pastoriles, etc. Todo para que la Sierra puede tener un futuro en el que la depoblación sea un mal recuerdo y en el que la necesidad de “huir” de estos núcleos por falta de recursos se convierta en una utopía.