Reyes Magos y rebajas
07/01/2016 - 23:00
Con vacaciones escolares hasta el lunes, 11 de enero, Guadalajara todavía vive el ambiente navideño en una semana que ha venido marcada por la mágica noche en que los Reyes Magos han repartido regalos e ilusión por las distintas localidades de la provincia tras su llegada por tren, ala delta, calesa, carroza tirada por bueyes o a caballo. La colaboración de los vecinos y los ayuntamientos han hecho posible las distintas cabalgatas y esos entrañables actos para entusiasmo de los niños y disfrute de todos. El miércoles fue el día de abrir los paquetes y de degustar el tradicional Roscón de Reyes. Día, de nuevo, de reunión familiar y de mucha alegría con que la Navidad llega a su final. Diferentes iniciativas solidarias han puesto de manifiesto en este tiempo la generosidad de los ciudadanos para facilitar que los niños más desfavorecidos también pudiesen tener un regalo este día, así como la triste realidad de que esta situación se produzca. Nos adentramos ya, por otra parte, en el periodo de rebajas, que aunque liberalizadas desde hace algún tiempo, lo que permite que los comercios hagan los descuentos que consideren convenientes ya durante la época de las compras navideñas, siguen ofreciendo interesantes oportunidades para adquirir esas prendas y bienes de necesario consumo, al tiempo que suponen un empuje para el comercio y la revitalización de la economía. Guadalajara, tanto en sus grandes superficies comerciales con el Ferial Plaza y el Corte Inglés, como en su pequeño comercio pone a disposición del cliente todo lo que éste precisa. Debemos hacer las compras en nuestras localidades porque ello revierte en la economía local y por tanto en el beneficio común. El año nuevo ha traído también la alegría de la lluvia y el drama de nuevos casos de violencia de género, con una muerte en la provincia, la de una mujer de 33 años que deja un niño de 5 años huérfano y otra agresión que no fue más allá porque el hombre se entregó a la Policía. Terrible realidad que no cesa como tampoco puede parar nuestra incesante repulsa e intentos de paliar esta lacra inaceptable en pleno siglo XXI.