Román, de profesión guía turístico
Román sentado en una silla gigante. Román de paseo por el casco histórico entre cascotes. Román en la recepción de 3.000 niños del Tren misionero de Cristianos sin Fronteras. Román cuchara de madera en ristre en la presentación de la campaña Secretos gastronómicos. Román en la inauguración de Expo Guadalajara. Román en el estreno del Paseo de la Alaminilla. Román de speaker en el autobus de jubilados antes de emprender viaje a La Manga. Román con scouts entraditos en años en el estreno de la glorieta de El Corte Inglés. Román en la feria Hipotecasa. Román en la promoción de Los Viernes de los Cuentos. Román rodeado de niños en la caravana de Educación Vial de la Fundación Mapfre. Román subido al autobús de la selección española de fútbol. Román en la apertura de la exposición de la Fundación Obra Social La Caixa. Y toda esa tournée en las dos últimas semanas. ¡Qué vicio!
Pero hay otra imagen de Román menos amable. La versión del colmillo retorcido. La del Román que exige el inicio inmediato de las obras de la calle Francisco Aritio cuando lleva tres años para pintar cuatro rayas de aparcamiento y pegar una mediana en la avenida de Castilla. La del Román que tardó tres meses en comunicar las carencias y desperfectos de la urbanización del Fuerte de San Francisco. La del Román que recibe con los brazos abiertos a un diputado opositor al régimen dictatorial del presidente de Venezuela pero no tiene tiempo para saludar a Óscar Arias, ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz en un acto organizado por la Diputación Provincial. La del Román que se niega a firmar un convenio para la redacción del nuevo Plan de Ordenación Municipal por importe de 300.000 euros para no hacerse la foto con el consejero de Ordenación del Territorio. La del Román que edita un vomitivo libelo bajo el título La Junta pisotea a Guadalajara.
Pero hay otro rostro de Román más antipático. El del Román que no asiste a la recepción de alcaldes y concejales de la Diputación. El del Román que rehúsa estar presente en la exposición sobre los apóstoles de El Greco, acaso el acontecimiento cultural más sobresaliente de los últimos años en la ciudad. El del Román que censura el concierto de Joan Manuel Serrat del Ciclo Guadalajara Emociona de la Diputación. El del Román que niega el éxito del Plan Astra, que ya han utilizado más de 300.000 usuarios. El del Román que en seis meses impone 1.235 multas a los conductores de estos autobuses. El del Román que no es capaz de entregar la parcela libre de cargas al Ministerio de Justicia para la construcción del nuevo edificio judicial. El del Román que elige al concejal de Hacienda para que anuncie la subida del 6% en el recibo del agua a partir del próximo año. El del Román que es incapaz de expropiar los terrenos en los que se ubicará el Parque Científico y Tecnológico de la ciudad. El del Román que nos ha subido la Contribución un 12% desde que gobierna. Y encima se declara orgulloso de semejante bagaje.
Un buen alcalde es aquel que quiere lo mejor para su ciudad. Román, ¿por qué nos haces esto.
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