Román y una corrida vacía de Albarreal
La espada priva al valenciano de puntuar en su presentación en el coso de Las Cruces .
La ilusión del cartel, con los toreros de la nueva generación, abría esperanzas en el preámbulo de la corrida. La entrada de Román, tras su verano triunfal y antológico, hacía cotizar la terna. “La peor corrida es la que no se torea”, debió pensar su apoderado, Gerardo Roa, cuando le llamaron para coger la baja en Guadalajara y más para un torero con la hierba en la boca y con la necesidad de abrirse camino. Ya se encargarían a posteriori los toros de Albarreal de desmoronar la tarde. Del primero al último. Corrida mala sin paliativos con ejemplares faltos de casta, de fuerza y de fondo. Ni una oreja se cortó, lo cual ya es complicado en esta plaza.
Castella, sin opciones
La tarde entró decididamente en barrena desde que asomó el primer toro. Un ejemplar regordío y sin cuello, cuya morfología hacía preveer la condición de la res. A por él se fue Castella con paso firme hasta el centro del anillo en una faena ofrendada a Fandiño, al igual que también lo haría a posteriori López Simón. Noblote acudió a la muleta del francés, pero sin clase y con querencia hacia los adentros. Lo apretó Castella en una serie diestra con intensidad y el publico respondió. La estocada, de más efecto que ortodoxia, dio paso a una petición que Toquero desestimó. Arreció la protesta hacia el palco, pero, curiosamente, nadie se encargó de invitar al torero siquiera a saludar. //Devolvieron el cuarto de contado poder. Su invalidez desató pronto las protestas y en su lugar salió un sobrero de Monte la Ermita abierto de cara. Intentó Castella voltear la tarde clavándose al hilo de las tablas en un inicio de cierta emoción. Violento y rebrincado el toro en una embestida sin ritmo, que pespunteaba el engaño más de lo deseado.La faena se apagó sin más.
La fuerza de Román
Cada saludo capotero de Román fue un intento por poner luz a la grisalla ambiental de los tendidos. Con una larga cambiada al sexto despertó al público. Apretaba el toro hacia dentro. Lo hizo en banderillas y también cuando derribó al caballo en el primer contacto, dejando al varilarguero atrapado bajo la montura durante segundos angustiosos. Fue éste el toro más aprovechable de la tarde y Román lo toreó asentado y encajado, tirando de él por ambos pitones. El borrón con los aceros difuminó la oreja ganada al igual que ocurrió en su primero.
Tampoco tuvo opciones López Simón con el escurrido segundo. Mucho rato en la cara ante un animal que llevaba el freno de mano echado. Completó la empresa imposible con el soso quinto, que embestía al paso y tampoco el desacierto con los aceros ayudó con la causa.
Plaza de toros de Las Cruces. Viernes 15 de septiembre de 2017. Segunda corrida del abono. Más de media entrada en los tendidos. Preside el festejo Fernando Toquero, asesorado por Alfredo Ramos.
Corrida de Albarreal y un sobrero de Monte la Ermita (4º bis). Corrida desclasada sin fuerza ni fondo. Tan sólo el sexto fue más aprovechable.
Sebastián Castella (teja y oro). Estocada caida y trasera (silencio tras fuerte petición). En el cuarto, estocada caida y descabello. Aviso(silencio).
López Simón (grana y oro). Estocada que hace guardia y descabello. Aviso (silencio). En el quinto, estocada trasera y tendida y dos descabellos (silencio).
Román Collado (nazareno y oro). Pinchazo, estocada atravesada y descabello. Aviso (silencio). En el sexto, estocada caida y dos descabellos (palmas).