Sabia nueva en el Gobierno

En plena Semana Santa, ayer nos levantábamos con la confirmación de lo que desde el fin de semana era un rumor a voces: Zapatero anunciaría su cambio en un Gobierno al que la crisis estaba desgastando y había llevado casi a su agotamiento. El baile de nombres se hacía realidad y las carteras Comunicaba las destituciones y nombramientos a los ministros afectados y, a continuación, el jefe del Ejecutivo se trasladaba al Palacio de La Zarzuela para informar de su decisión al Jefe del Estado. No se podía perder un minuto, porque los nuevos titulares tendrían que jurar el cargo de manera inmediata para poder participar en el Consejo de Ministros convocado para este miércoles, el primero que se celebra el Miércoles Santo en mucho tiempo. Concretamente, desde 1991. Muchas prisas para dejar cerrado un asunto que viene a redondear la ocho días de protagonismo exterior e interior que han situado a Zapatero en una de las posiciones más relevantes de estos cinco años que lleva al frente del Gobierno de la nación y que abre una nueva etapa en la que se busca un cambio de ritmo. No le queda más remedio si se tiene en cuenta que tendrá que plantar cara a la crisis, afrontar las elecciones europeas de junio, y preparar el semestre europeo de presidencia española. El propio presidente lo ponía sobre la mesa en un discurso en el que apuntaba que los cambios estaban ligados a la evolución del contexto político y económico, y que aspiraban a ser nuevo impulso y mayor fortaleza para la etapa que ahora se inicia. Esperemos que así sea y que esta renovación suponga sabia nueva para una confianza social que empieza a resentirse.