Salario y competitividad

17/02/2011 - 00:00 Jesús Domar Banyos

Los últimos datos sobre competitividad nos dicen que España ha perdido diez puntos durante el año 2010, cosa que obliga, además de ser una exigencia alemana a ligar el salario a la competitividad. El objetivo de ligar el salario a la productividad es oxigenar la empresa y no asfixiarla cortándole el aire con obligaciones imposibles en situaciones de pérdidas. La reforma de la negociación colectiva debe primar también los convenios de empresa, porque favorecen unas relaciones laborales ajustadas a las particularidades de las sociedades, lo que abunda en la eficacia para transitar con garantías a través de toda clase de vicisitudes sin condicionantes ni limitaciones impuestas por negociaciones en ámbitos ajenos como el sectorial, el provincial o el estatal. Hoy no tiene sentido que normas pensadas para las grandes empresas condicionen la vida de las pequeñas. Estamos ante un debate fundamental para la recuperación económica. Hay que racionalizar y vertebrar mejor los convenios con protagonismo para la negociación en la empresa. Y para ello es imprescindible repensar aspectos como la ultraactividad (prórroga de un convenio si no hay pacto para renovarlo) y la cláusula de revisión salarial, así como flexibilizar los acuerdos y agilizar los procesos negociadores. También en este terreno estamos obligados a entrar ya en el siglo XXI.