Santa María protegió de la lluvia el reencuentro entre la Virgen y Cristo Resucitado
El agua impidió que se pudiera llevar a cabo la procesión del Domingo de Resurrección. FOTOS: IVÁN SERRANO
Algunas veces, las pequeñas victorias saben a gloria. Eso es lo que ha pasado esta Semana Santa, en la que la lluvia ha sido persistente en su empeño de frustrar las procesiones. El agua ha obligado a suspender procesiones o a recortarlas. Sin embargo, queda una satisfacción, la del Silencio, del Viernes Santo, que aguantó para esquivar a la lluvia y pudo recorrer las calles de Guadalajara... con un ojo puesto en el cielo, eso sí.
La que ni con espera pudo hacerlo fue la del Domingo de Resurrección. Las precipitaciones hicieron que el esperado reencuentro entre la Virgen y su hijo resucitado no se pudiera dar en las calles, sino que tuviera que realizarse en el interior de la concatedral de Santa María, llena hasta los topes para la ocasión.
Allí también se encontraban presentes el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido; el de la Diputación provincial, José Luis Vegas; y la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos.
Aunque no hubo procesión como tal, los feligreses reunidos en la Concatedral si fueron testigos del emotivo reencuentro entre la Virgen y la imagen del Cristo Resucitado, que tuvo que ser trasladado cubierto para evitar que se dañara con la lluvia. “Hemos hecho un encuentro frente al altar que ha sido muy bonito”, explica el presidente de la Junta de Cofradías, José González Vegas.
A pesar de la lluvia, hace un balance positivo de la Semana Santa. “El balance es bueno porque hemos podido celebrarla de una manera más íntima, en hermandad”. En este sentido, destaca que la frustración provocada por el agua ha sido incluso una penitencia extra que han podido ofrecer en estos días tan señalados. “Para las cofradías supone un gran pesar no poder sacar sus pasos titulares, pero lo que hemos hecho ha sido ofrecerle esa penitencia también al señor”.
Aunque algunas procesiones si pudieron salir con normalidad, como las del Domingo de Ramos o la del Silencio, son varias las que han visto como se echaba a perder el trabajo de todo un año, lo que inevitablemente ha afectado a los hermanos y cofrades. “Había un poco de desilusión por no poder sacar la devoción a la calle y hacer la función catequética que tienen las procesiones, pero lo han acogido de una manera muy buena y se han volcado más en los cultos que tenemos intramuros”. La de ellos no ha sido la única frustración que ha provocado la lluvia. Este año también estaba previsto hacer una película sobre la Semana Santa de Guadalajara que tendrá que esperar un año más. Será otro año de espera y trabajo para poder vivir una nueva Semana Santa a la que esperemos, esta vez sí, respete la climatología.