¿Se entero usted del suceso?
10/10/2012 - 19:51
De las primeras versiones que se consolidaron en aquellos días, nadie terminó por dudar que aquel jueves en Mondéjar fueron dos encapuchados los que accedieron la víspera al domicilio del conocido industrial, que fue hallado muerto en la vivienda. Ese día al igual que en el de las detenciones, la atención de muchos mondejanos se centraban en seguir por la televisión un partido de fútbol del máximo interés. La autopsia confirmó la intencionalidad de la muerte y las suposiciones sobre la identidad de los autores se dispararon a partir de entonces. Los todavía desconocidos maniataron y amordazaron a la madre, que hasta pasadas unas dos horas de los hechos no logró deshacer las ataduras para, desde el balcón que da a la plaza, pedir auxilio. Fue a partir de ahí cuando se localizó el cuerpo de Antonio Montoya sobre una cama, muerto.
A la tragedia personal hay que sumar las consecuencias económicas derivadas del crimen, que supuso la puntilla final para Muebles Montoya, un afamado establecimiento con clientes en varias provincias a la redonda y que tuvo que cerrar sus puertas por insolvencia el 17 de febrero pasado. Como aún puede leerse en la web corporativa de la citada empresa a raíz del fallecimiento de forma violenta de Antonio Montoya Rivera, la capacidad crediticia de la empresa se vio seriamente afectada ya que cualquier prestamo, cuenta de crédito y cualquier otra forma de financiación externa se vio bloqueada al no poder contar con su firma ni con la de sus herederos al estar la causa bajo secreto de sumario y no poder realizar la declaración de herederos y el consiguiente cambio de los socios de la empresa y a traves de ello mantener las líneas de financiación de la empresa. Tras todos estos sucesos y principalmente a causa de las circunstancias de la muerte de su hermano, el socio y administrador de la empresa, Francisco Javier Montoya Rivera se vio sumido en un profundo estado de depresión, que le llevó a estar bajo tratamiento psicológico, afectando gravemente su poder de decisión. Se terminaba así, de forma tan abrupta, una trayectoria comercial de 30 años. Y los asesinos en la calle.........
A la tragedia personal hay que sumar las consecuencias económicas derivadas del crimen, que supuso la puntilla final para Muebles Montoya, un afamado establecimiento con clientes en varias provincias a la redonda y que tuvo que cerrar sus puertas por insolvencia el 17 de febrero pasado. Como aún puede leerse en la web corporativa de la citada empresa a raíz del fallecimiento de forma violenta de Antonio Montoya Rivera, la capacidad crediticia de la empresa se vio seriamente afectada ya que cualquier prestamo, cuenta de crédito y cualquier otra forma de financiación externa se vio bloqueada al no poder contar con su firma ni con la de sus herederos al estar la causa bajo secreto de sumario y no poder realizar la declaración de herederos y el consiguiente cambio de los socios de la empresa y a traves de ello mantener las líneas de financiación de la empresa. Tras todos estos sucesos y principalmente a causa de las circunstancias de la muerte de su hermano, el socio y administrador de la empresa, Francisco Javier Montoya Rivera se vio sumido en un profundo estado de depresión, que le llevó a estar bajo tratamiento psicológico, afectando gravemente su poder de decisión. Se terminaba así, de forma tan abrupta, una trayectoria comercial de 30 años. Y los asesinos en la calle.........