Sector agrario, democracia real y verdades verdaderas

31/05/2011 - 00:00 José Manuel de las Heras


Las palabras están perdiendo su significado, incluso no significan lo mismo depende de quién las pronuncie. En las últimas semanas, a propósito de las demandas de los ciudadanos reunidos en la Puerta del Sol y otras ciudades españolas, se han dicho muchas cosas. Ahora que ya hemos votado y que estas palabras no pueden interpretarse interesadas para la orientación del voto de nadie; me gustaría recordar algunas cuestiones a propósito de la situación del medio rural y su representación. A la presidenta de la Comunidad de Madrid no le ha gustado que a la democracia le pongan el apellido de “real” ya que hay precedentes similares en la historia nada ejemplarizantes, algo de razón tiene a mi entender la señora Aguirre, pero aún así, se hace necesario recordar que al significado del concepto de lo que siempre hemos entendido por democracia, se le está desnaturalizando en España por momentos.


   Yo soy viticultor y sé, pero no por experiencia, que a fuerza de echarle agua al vino, éste pierde su naturaleza, su color, su sabor y sus cualidades, aunque le siguiéramos llamando vino. En realidad, no hace falta ser viticultor para saber eso, como no hay que ser político para saber que lo mismo puede hacerse con la democracia. Cuando se han convertido en costumbre las listas cerradas, los servilismos al jefe en los partidos políticos porque se corre el riesgo de no salir en la foto, cuando en las ruedas de prensa no se permite preguntar a los periodistas, cuando el destino de la publicidad que hacen las instituciones se orienta hacia los medios de comunicación amigos del partido gobernante, cuando los magistrados son predecibles en sus sentencias no en función de la legislación vigente ni de las causas a juzgar, sino por si son más o menos progresistas o conservadores y por quien les nombró, etc.


   Hay que poner pies en pared, o corremos el riesgo de quedarnos con una caricatura de la democracia por la que luchamos. Claro que nuestra situación democrática no tiene nada que ver con la del norte de África, faltaría más, pero eso no es excusa para que dejemos perder el poder que teníamos los ciudadanos y que cada día se ve más amenazado.


Juegos de palabras

Todos sabemos que cuando una compañía telefónica dice que podrás hablar sin límites suele ser mentira, en la letra pequeña te ponen luego que son 300 minutos al mes, o sea 10 minutos diarios, o es sólo a partir de las seis de la tarde, lo mismo suele ocurrir cuando te dicen en la publicidad por tantos euros navega sin límites tampoco suele ser verdad, porque te ponen un límite en la cantidad de datos que te puedes bajar o en la velocidad a la que lo haces. Tan es así, que hay alguna compañía que cuando hace sus anuncios dice después la siguiente frase: “verdad verdadera” para poner énfasis en que ella no engaña.


   Pues con la palabra democracia estamos teniendo que ponerle apellidos, porque solamente la palabra, sin más, ya no significa lo que significaba antes. Así que cuando se pide democracia real yo entiendo lo que quieren decir y me gusta, creo que quieren decir que demandan otra cosa distinta de lo que ha acabado convirtiéndose esta democracia nuestra. En el sector agrario existen formas diversas de representación, una es la económica como ocurre con las cooperativas o determinadas agrupaciones de productores, otra es la que habitualmente llamamos popularmente los agricultores sindical y que no es otra que la representación a través de las organizaciones profesionales agrarias (OPAS). A las organizaciones representativas, y con mayor capacidad de interlocución ante los poderes públicos y ante las empresas, deberían elegirlas los agricultores con sus votos, así al menos pensamos muchos entre los que me encuentro; pero cada vez son más lejanas las posibilidades de que eso sea realmente así.


   Tras las primeras y únicas elecciones estatales para decidir la representatividad agraria, ya hace décadas de eso, ya no se hicieron más y comenzamos un tortuoso proceso de definición de la representatividad a través de las comunidades autónomas, unas nunca han querido hacer elecciones, otras las hicieron alguna vez pero ya no las hacen y otras, vale la pena citarlas, como Cataluña, Castilla, y León y Madrid las continúan haciendo. Y son las únicas comunidades en las que los agricultores tienen interlocución con las instituciones y se sientan en los llamados órganos representativos como las Cámaras Agrarias. Y están porque los demás agricultores libre y democráticamente así lo han decidido.


  En la representación del estado, ante este caos representativo, se aprobó una ley que decían que iba a poner orden pero en realidad está sin desarrollar y para aprobarla los diputados hicieron lo que su partido a nivel estatal dijo que tenían que hacer, en contra de lo que esos mismos partidos hacían y defendían en las comunidades autónomas. Total que tenemos una ley en la que otros que no son los agricultores han decidido quienes son las organizaciones agrarias que deben estar, sin que los agricultores opinen expresamente, y si a alguien se le ocurre decir que eso no es democrático, los beneficiarios de esa situación -que son pocos, pero están bien instalados- dicen que la han votado los diputados. No podemos decir que sea una ley ilegitima porque no lo es, es simplemente un apaño que les convenía a algunos para no dejar a los agricultores y ganaderos pasar por las urnas para que elijan representantes, porque ya les va bien a unos cuantos que las cosas sigan como están.


   En fin en el sector agrario lo que nos han puesto es una tarifa plana, pero solo los fines de semana y donde haya cobertura, que por el momento sólo son esas tres regiones y también podemos navegar supuestamente sin límites pero en el jardín de casa y sin sacar los pies del tiesto. Verdad verdadera. Yo me pregunto ¿Por qué no quitamos de la vida pública lo que en los folletos comerciales es, la letra pequeña, el desde y el hasta, las falsas tarifas planas y los limites y los horizontes para miopes? ¿Por qué no vamos a pedir que la gente vote al partido y a la persona que quiera, a la organización profesional que mejor le parezca o a ninguna y pedimos que se quite tanto servilismo a los poderosos y tanta prepotencia con los administrados y tanta mediocridad pagada con los impuestos de todos? Estoy de acuerdo en que hace falta más democracia, en general, y en el sector agrario en particular y esta tiene que ser real, aunque haya que ponerle el apellido para saber de que estamos hablando.