Sobre el 112
11/12/2010 - 00:00
Quiero que estas líneas sirvan de reconocimiento público y agradecimiento a los trabajadores del 112. Las tres veces que me he visto en situación de pedir su ayuda, el trato recibido fue amable, tranquilizador y, sobre todo, certero y eficaz. La última vez que les necesité fue la semana pasada. En apenas cinco minutos tenía una unidad mòvil en la puerta de casa aunque como parece que esto último se da por supuesto, no me habría planteado escribir esta carta de no ser porque al día siguiente escuché a la concejala de Seguridad de Guadalajara, señora Agudo, unas declaraciones absolutamente desafortunadas e injustas sobre el teléfono de urgencias.
En mi caso, el motivo de mi llamada al 112 fue una arritmia cardiaca. Llamé y su actuación fue rapidísima y sin escatimar ningún medio material ni humano. En menos de cinco minutos estaban en mi domicilio tres profesionales sanitarios que tras evaluar mi estado solicitaron una ambulancia que inmediatamente me trasladó al Hospital General de Guadalajara. Afortunadamente no fue más que un susto, del que salí preocupada por mi salud, pero con la tranquilizadora sensación de contar con un servicio, el teléfono 112, que cumple eficazmente con su misión de ayudar a las personas cuando más necesitan una intervención urgente.
Por eso me sentí tan indignada cuando, al día siguiente, escuché a la señora Agudo hacer chistes poniendo en duda la capacidad del 112 para dar respuesta a las urgencias que todos podemos tener en cualquier momento. Desde mi modesta opinión, lo que a los ciudadanos nos importa es saber que, cuando nos veamos en una situación así, contamos con un servicio que nos va a dar la atención que precisamos. Sentirnos protegidos teniendo la seguridad de que el servicio de emergencias funciona bien. En mi caso, los trabajadores del 112 se han ganado de sobra esa confianza con su buen hacer.
Lo de la señora Agudo no tiene ni pies ni cabeza. Es incomprensible que una persona con responsabilidades políticas sobre seguridad se permita la frivolidad de decir a sus vecinos que los mecanismos de atención a las urgencias funcionan mal. Debe ser la única responsable, o irresponsable, política de seguridad del mundo que quiere que las personas se sientan inseguras. Y, desde luego, lo que en nada contribuye a mejorar la seguridad de los ciudadanos de Guadalajara ante situaciones de emergencia es duplicar un servicio que ya existe, con el coste que eso tenga para nuestros bolsillos, y que encima puede servir para confundir a quien en una situación de urgencia lo último que necesita es perder tiempo en dudar a qué número de teléfono debe llamar.
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