Sobre el bar del Ayuntamiento


Esta no es una carta abierta al Alcalde de Guadalajara, no merecería la pena, es a los lectores de este periódico al objeto de comunicar algo que deben saber del alcalde de esta ciudad Antonio Román, un hecho que a pesar de su importancia no ha llegado a los medios de comunicación. Quiero subrayar que esta carta no trata de influir en el voto del mes de Mayo ya que cada uno es muy libre de votar a quien su voluntad y su conciencia le dicten, pero creo que es muy bueno, sano y democrático conocer un poco mejor la “catadura moral” de quienes nos gobiernan en el Ayuntamiento. En este caso quiero empezar diciendo que mis apellidos son Tejedor de Pedro, que se puede comprobar que no pertenezco al PSOE ni he pertenecido nunca, que desde hace más de 20 años no milito en partido alguno ni he tenido cargo público en mi vida, si bien me considero persona de la izquierda democrática y que he contribuido activamente a la instauración de la democracia a este país. He conocido a personas muy respetables, generosas y sin rencor como era mi padre con todo el mundo a pesar de ser un perdedor como militar de la República y represaliado del franquismo, y puedo decir con orgullo que he luchado en lo que he podido por una España más libre y demócrata, más tolerante, más igualitaria, y con libertad de expresión como derecho fundamental. Dicho todo esto como introducción para que se sitúen en mis sentimientos, quiero decirle a los que tengan a bien leer esta carta que mi hermano José Tejedor (Pepe) regentaba el pequeño bar del Ayuntamiento desde que se le adjudicó por concurso público hace 29 años, contrato que periódicamente salía a licitación, y en función de los pliegos de condiciones y los informes técnicos, a través de la Comisión integrada por todos los grupos políticos se le adjudicaba por ser la mejor oferta, y de conformidad a lo establecido por la ley de contratos. Mi hermano era muy querido por su trato y su carácter desenfadado, tanto por funcionarios de todos las categorías ya fueran de un partido o de otro. Como muchos sabrán tenemos una hermana concejala socialista que además es la vice portavoz de su grupo, y como es su deber tiene que defender a todos los ciudadanos en aquello que afecta a nuestros intereses y ya se sabe que las verdades escuecen -a unos más que otros-. Debido a esto, hace un año una concejala del PP le anunció a mi hermana en un pasillo que tuviera cuidado con lo que decía en sus comparecencias públicas porque su hermano tenía el contrato del bar del Ayuntamiento y estaba en manos de ellos, y podía cerrar en cualquier momento. Pues bien, en Diciembre pasado por más señas en plenas Navidades, se llevó a cabo la amenaza salida anteriormente de la boca de la concejala mencionada del PP, pues finalizaba el contrato pero había dos años más de prórroga. De nada sirvieron los informes favorables de los técnicos, de nada que hasta algunos de los concejales del PP estuvieran a favor de la prórroga, de nada saber que le quedaban dos años para jubilarse y que se perdía un empleo más, algo que ellos en su demagogia tanto critican. El alcalde y su lugarteniente Carnicero, practicando abuso de poder, sin tener el mínimo pudor ni los valores morales y éticos que deben ostentar quienes están en un cargo público, el alcalde y sólo él por Navidades, le comunicó por escrito que su decisión que fue ”personal “ pero inducida por su lugar teniente, era cerrar el bar y no prorrogar los dos años que permitía el contrato, cumpliendo una amenaza anunciada que no puede llamarse otra cosa que mezquina,sectaria y miserable impropia de cargos públicos que deben gobernar una ciudad con equidad y con principios de ética política. Mi hermano por dignidad, -la mejor herencia de nuestros padres- no ha querido dar publicidad de esta injusticia, indignidad y bajeza de algunos de ellos quitando un servicio que cumplía con una función social y no daba apenas gastos, pero lo más grave del caso es llevar a cabo una venganza de semejante magnitud, eso sí es una indignidad. Quiero terminar parafraseando a Jesús de Nazaret al que ellos en sus delirios de grandeza también se creen sus “apóstoles” pero el Maestro dirigiéndose a algunos poderosos dijo: “Son lobos con pieles de cordero” “Por sus obras los conoceréis”. Y el que pueda entender que entienda.