Sobre la 'niña bonita' de la Diputación

29/09/2011 - 00:00 Redacción


   La que ha sido la apuesta más fuerte del último gobierno provincial en materia de infraestructuras, el Plan de Carreteras, resurge una vez finiquitado el verano. Si bien es cierto que a mediados de este mes era La Otra Guadalajara la que anunciaba su intención de presentar una denuncia contra la Diputación ante la Fiscalía Anticorrupción por los costes desorbitados que estaban ocasionando a las arcas de la Institución unas carreteras, las del Área 2, que además eran las que habían sufrido más retrasos y las que presentan más defectos; ayer volvían a la palestra, esta vez de manos del diputado de Vías y Obras, Lorenzo Robisco que se encargaba de hacer balance de actuaciones. Según explicó, entre mayo y septiembre se ha terminado la construcción de 222 kilómetros de vías. En concreto, se ha actuado sobre 35 kilómetros de carreteras pertenecientes a la zona de Sigüenza, otros 101 de la de Molina y 86 del entorno de la capital. Aunque su exposición hacía que se alzasen las primeras críticas sobre la “apropiación”, ahora, de la niña bonita de la corporación anterior (hoy habrá respuesta del Grupo Socialista), lo cierto es que Robisco aprovechó su comparecencia para advertir, lo que ya la actual presidenta, Ana Guarinos, ha dicho en más de una ocasión: hay que hacer una revisión del Plan. Los populares siempre se han mostrado críticos y ahora no lo son menos. Según el PP no era necesario un Plan de Carreteras sino una planificación de obras, como se ha hecho toda la vida. Sin embargo, una vez heredada esta responsabilidad no les queda más remedio que afrontarla en todo su conjunto, eso sí, sin “vender humo” como aseguran hizo el equipo de Mª Antonia Pérez León. “Trabajamos en la reestructuración de un Plan que no se ha cumplido”, insistía ayer Robisco quien quiso dejar claro que eso no supondrá que se vayan a paralizar las actuaciones. En un momento de crisis como el actual, esa reestructuración se antoja necesaria más aún cuando el Plan se lleva la mayor parte de un presupuesto cada vez más raquítico.