Soledad Adrados, historia de la ciudad

10/12/2011 - 00:00 Redacción


Cuando un amigo se va algo se muere en el alma y también, como es el caso, en la historia de la propia ciudad, aunque en sus páginas el personaje permanezca inmortal gracias al recuerdo de su figura y su obra. En la mañana de este sábado de diciembre, con sorpresa por lo repentino de la noticia y por hacer escasos días que se la podía ver pasear por las calles del centro de la ciudad, despedimos en la iglesia de San Juan de la Cruz, su parroquia, a Soledad Adrados, mujer vinculada a la cultura de Guadalajara a la que deja como legado el grupo Antorcha, del que fue cofundadora. Elegante, cordial, culta, fiel a su lectura diaria de la prensa, de interesante conversación, mantuvo intacta su ilusión por disfrutar de la vida, su curiosidad por todo, su amor a su familia y amigos, su prodigiosa memoria y lucidez, hasta que el corazón se le apagó de manera súbita en la mañana de este viernes. Fue Soledad Adrados una mujer de nuestros tiempos en otras épocas en las que no se disfrutaba de tanta libertad, en las que supo hacerse un hueco, ganarse un prestigio y conquistar numerosas amistades. Fue la primera firma femenina del semanario Nueva Alcarria, en los años cincuenta, con Salvador Embid, José de Juan, Amador Rodríguez y otros tantos amantes de las letras como compañeros. Escribía críticas de teatro, su gran pasión y desde entonces siempre estuvo solicita al periódico cuando éste le requirió una colaboración. Fue autora, además, en estos últimos años, de numerosas cartas al director en las que expresaba su opinión sobre algo que le había llamado la atención, así como de comentarios sobre los recitales de ‘Antorcha’. Con Soledad Adrados se va uno de esos personajes irrepetibles en la vida social de Guadalajara, entrañable, cercano, especial, de los que llenan con su presencia cualquier acto al que asistan. Custodiaba con gran cariño todo el archivo documental y fotográfico del grupo pionero de teatro aficionado de Guadalajara, incluidas cartas manuscritas de su gran amigo Buero Vallejo. Toda una figura en la Guadalajara cultural de la segunda mitad del siglo XX. .