Solidaridad consorciada
01/10/2010 - 09:45
Editorial
Todo indica que ayer asistimos al primer capítulo del que será el culebrón del verano. Después de que socialistas y populares se enzarzaran durante meses en una batalla campal a cuenta de la subida de tasas en el Consorcio Provincial de Residuos Sólidos Urbanos, ahora la pelota está en el tejado del otro consorcio, el de bomberos.
Hace exactamente un mes que se aprobaba en asamblea la subida de estas tasas y han sido necesarios 30 días para que el sanedrín del Partido Popular se reuniera y tomara la determinación de que o la subida se modera o algunos de los pueblos gobernados por alcaldes del PP abandonarán el consorcio. Nadie niega que la subida es elevada en determinados casos como el de Yebes, que pasará de pagar 680 euros anuales por disponer de servicio de bomberos a 26.835, un 3.900 por ciento más. No hay que olvidar, sin embargo, que también es desmesurado el crecimiento inmobiliario experimentado en esta localidad. Yebes sirve de ejemplo también para entender porqué se cambió el criterio a la hora de calcular la tasa a pagar por cada consistorio. El Consorcio debe prestar servicio a toda la vasta superficie de viviendas construidas que hay en Yebes, principalmente en la macro urbanización de Valdeluz, muchas de ellas están vacías, pero en caso de producirse un incendio en ellas éste debería ser sofocado por los bomberos del Consorcio. Por ello, se decidió tomar como variable el valor catastral de las viviendas y las industrias presentes en cada uno de los municipios. Esta última variable es importante en otro de los municipios protestantes, Alovera, donde los bomberos del Consorcio deberán sofocar cualquier conato de incendio que se produzca en sus crecientes polígonos. Los peor parados en esta subida de tasas son 22 municipios de la provincia, evidentemente los más desarrollados, los que tienen más población, más número de viviendas y más número de industrias. Tal vez hubo algún defecto de forma a la hora de comunicar los detalles de la subida, pero parece claro que en éste, como en todos los consorcios, la solidaridad interterritorial debe ser la base de funcionamiento.