Stop desahucios

10/11/2012 - 00:00 Redacción

 
  Lamentablemente ha sido necesario la muerte por desesperación de una mujer, Amaia Egaña, que se lanzó al vacío desde el cuarto piso de la vivienda en que vivía al tiempo en el que por el ascensor subían hasta el inmueble para ejecutarle una orden de desahucio, para que el Gobierno tome conciencie del mayor drama social que vive España en la actualidad. Más de quinientas personas son echadas de la casa en que moran cada día por no poder hacer frente al pago de su deuda hipotecaria, sin importar que tengan al cargo menores o mayores, que estén en situación de desempleo, ni el problema humano que conlleva. La muerte de Amaia, que no es la primera, (recientemente ha habido otros dos intentos de suicidio, uno de ellos consumado) ha llevado a que desde Moncloa se haya anunciado el fin temporal de las pérdidas de los hogares a la espera de un pacto con los socialistas para buscar una solución y sin que los bancos se hayan pronunciado todavía públicamente. No se puede dejar a la gente en la calle para que los inmuebles que en su día compraron y tienen a medio pagar queden vacíos mientras ellos pasen necesidad. Alquiler con opción a compra, dación en pago si hay opción a vivir en otro lugar, interrupción de la hipoteca durante algún tiempo, cambio de las condiciones de la misma estudiando el caso particular… es necesaria una solución que acabe con la necesidad de las personas. No se trata de condonar pues ello sería discriminatorio respecto a las millones de personas que hacen frente a la deuda cada mes pues son muy pocos quienes pueden pagar al contado su casa y porque cuando se compra algo se debe saber que solo se es propietario cuando se ha terminado de pagar y mientras tanto existe un compromiso y una responsabilidad que de alguna manera se debe asumir. De lo que se trata es dar de una solución a una realidad dramática de manera justa y solidaria con quien más lo necesite. Los políticos parecen haber escuchado a la calle y haber tomado conciencia de que las personas no pueden ser tratadas como simples papeles administrativos. El ingenio debe encontrar la solución a un problema que comenzó por el endeudamiento que muchos asumieron sin ser conscientes de lo que hacían en un clima social y económico engañoso que ha llevado a un duro despertar. Es triste que como siempre sea necesaria la muerte de alguien para que se tome conciencia de una situación, pero más vale tarde que nunca.