Sueldos al revés

13/10/2015 - 23:00 Antonio Yagüe

Muchos se escandalizaron porque un médico, Miguel Cabanela, viniera de EE.UU a operar al Rey. Este doctor es un cirujano prestigioso, gallego, que tuvo que salir por pies de España si quería ser algo en su profesión, como le ocurrió y ocurre a muchos. Suele pensarse que el salario de un médico está por las nubes por tratarse de un oficio con una responsabilidad grande y por los años que cuesta la carrera. Pues no, el salario medio de un médico -el que tiene trabajo- en España es de 2.394 euros brutos, mil menos en Francia, por poner un ejemplo cercano. Esto era en los presupuestos del Estado del 2015. Ya veremos cómo vienen los nuevos recortes peperos. En Enseñanza, como se ha visto en el día Mundial del Docente, el panorama también es calamitoso. La retribución media inicial de un profesor de Primaria sería la suma de 958,98 euros del sueldo, 473,35 del complemento de destino y 561,96 del complemento específico, que totalizan 1.994,29 euros/mes. Tampoco es para tirar cohetes. Donde sí tiran cohetes es en el fútbol. Messi, jugador del Barcelona, cobra 10,5 millones de euros netos al año y 3 más en función de objetivos. Cristiano Ronaldo renovó con el Real Madrid hasta 2018 con un sueldo cifrado entre 12 y 21 millones de euros anuales. Casillas, el exportero, se embolsó el último año 8,8 millones en concepto de salario (6 millones), primas (400.000 euros) y contratos publicitarios (2,4 millones). Por su talante y su formación intelectual, los tres podrían ejercer, perfectamente, como repartidores de pizzas, un trabajo como cualquier otro, aunque deberían echar muchas horas en la moto para llevarse lo que se llevan. El pan de las masas -el poder político corrupto necesita este alimento a mansalva- les ha hecho premios Nobel, sin calentarse la cabeza. El mundo y los sueldos al revés. En mi pueblo, Lorenzo Cetina fue contratado en 1644 como gaitero de por vida a cambio de 12 reales de plata, unos 400 euros de hoy, según cálculos con las deflactaciones pertinentes del Banco de España. Un contrato bien atado para que no se marchase nunca de Labros. El no va más de la época. Seguro que el artista tuvo que completarlo con alguna punta de ovejas, gallinas y algún huertecejo.