Te prometo una vida apasionante. Nunca te arrepentirás
21/03/2012 - 16:47
El vídeo sobre la vocación sacerdotal que ha emitido la Conferencia Episcopal, con motivo del Día del Seminario 2012, lleva el lema; Te prometo una vida apasionante. El spot ha sido el protagonista en las tertulias en los medios. La frase con la que se abre ha llamado la atención: No te prometo un gran sueldo, te prometo un trabajo fijo.
La frase del trabajo fijo es real: el sacerdocio es un trabajo, es para toda la vida, y efectivamente no tiene un gran sueldo, asevera el director de la productora, Dos Cincuenta y Nueve Films. No hay provocación alguna, porque si ves todas las promesas que se hacen en el vídeo tienen sentido.
¿De dónde salen las promesas de felicidad profunda y de satisfacción que ofrecen los sacerdotes en el vídeo? «De los mismos sacerdotes, ellos son los guionistas. Preguntamos a 120 curas qué le dirían, desde su experiencia sincera, a alguien que se plantease la vocación. Todos, absolutamente todos, nos dijeron que no se arrepentirá nunca ».
La periodista Cristina López Schlichting ha publicado un excelente artículo bajo el título Te prometo una vida apasionante, eslogan de la campaña publicitaria.
Por su gran interés lo reproduzco literalmente: No me extraña. No me extraña en absoluto que haya más de uno fastidiado con la campaña de la Conferencia Episcopal sobre el Seminario. Es para estarlo, porque es tremenda. Tremendamente bella, llamativa, magnífica. No voy a perder tiempo polemizando con sus críticos. Ustedes entren en http://www.teprometounavidaapasionante.com/ y alucinen con los sacerdotes, jóvenes y viejos, que tienen el valor de decirles a los hombres de hoy: «No te prometo una vida de aventuras, te prometo una vida apasionante». Ahí les duele. En un mundo aburrido y ahíto, desesperanzado, se ofrece lo que todos anhelamos secretamente, una vida grande. Y sin tapujos: «No te prometo grandes lujos, te prometo la vida eterna. No te prometo una decisión fácil, te prometo que nunca te arrepentirás. No te prometo que puedas acabar con el dolor, el sufrimiento o la injusticia, te prometo que allí donde estés llevarás esperanza». Es imposible sustraerse a la belleza de esta campaña. Salvo que estés lleno de odio. En ese caso, te pondrá de los nervios. Porque tiene la osadía de plantear el cristianismo a los hombres del siglo XXI. ¿Que es provocadora cuando dice No te prometo un gran sueldo, te prometo un trabajo fijo? «Pues claro», dice el creativo de la productora «teníamos que enganchar a la gente en un mundo muy agresivo visualmente». Pues lo han logrado. Al menos conmigo.
La frase del trabajo fijo es real: el sacerdocio es un trabajo, es para toda la vida, y efectivamente no tiene un gran sueldo, asevera el director de la productora, Dos Cincuenta y Nueve Films. No hay provocación alguna, porque si ves todas las promesas que se hacen en el vídeo tienen sentido.
¿De dónde salen las promesas de felicidad profunda y de satisfacción que ofrecen los sacerdotes en el vídeo? «De los mismos sacerdotes, ellos son los guionistas. Preguntamos a 120 curas qué le dirían, desde su experiencia sincera, a alguien que se plantease la vocación. Todos, absolutamente todos, nos dijeron que no se arrepentirá nunca ».
La periodista Cristina López Schlichting ha publicado un excelente artículo bajo el título Te prometo una vida apasionante, eslogan de la campaña publicitaria.
Por su gran interés lo reproduzco literalmente: No me extraña. No me extraña en absoluto que haya más de uno fastidiado con la campaña de la Conferencia Episcopal sobre el Seminario. Es para estarlo, porque es tremenda. Tremendamente bella, llamativa, magnífica. No voy a perder tiempo polemizando con sus críticos. Ustedes entren en http://www.teprometounavidaapasionante.com/ y alucinen con los sacerdotes, jóvenes y viejos, que tienen el valor de decirles a los hombres de hoy: «No te prometo una vida de aventuras, te prometo una vida apasionante». Ahí les duele. En un mundo aburrido y ahíto, desesperanzado, se ofrece lo que todos anhelamos secretamente, una vida grande. Y sin tapujos: «No te prometo grandes lujos, te prometo la vida eterna. No te prometo una decisión fácil, te prometo que nunca te arrepentirás. No te prometo que puedas acabar con el dolor, el sufrimiento o la injusticia, te prometo que allí donde estés llevarás esperanza». Es imposible sustraerse a la belleza de esta campaña. Salvo que estés lleno de odio. En ese caso, te pondrá de los nervios. Porque tiene la osadía de plantear el cristianismo a los hombres del siglo XXI. ¿Que es provocadora cuando dice No te prometo un gran sueldo, te prometo un trabajo fijo? «Pues claro», dice el creativo de la productora «teníamos que enganchar a la gente en un mundo muy agresivo visualmente». Pues lo han logrado. Al menos conmigo.