Tiburcio Camacho: una persona buena
Quisiera escribir estas líneas para recordar a una de esas personas que llamamos buenas con mayúsculas, el Tío Tiburcio, que nos dejó repentinamente hace unos días. Toda mi familia -y estoy convencido de que también todo el pueblo de Torrecuadradilla- le teníamos un gran aprecio y cariño, incluido mi padre, con el que compartía muchos buenos momentos en el pueblo y también en Guadalajara.
Recuerdo, sobre todo este verano, estando trabajando yo en el pueblo, los ratos que pasábamos en el garaje de su casa haciendo esos trabajillos de carpintería y contanto aventurillas y esos chascarrillos que él tan bien conocía. También quisiera recordar esas partidas de guiñote en las que, a pesar de la poca gente que éramos, contigo siempre nos juntábamos cuatro (aunque estas Navidades sólo tres).
Me gustaría darle muchos ánimos a esa familia que se queda sin un padre, un marido
, y decirles que no se apenen, que estoy convencidísimo de que han hecho todo lo que han podido y que de todo esto se sale y el tiempo lo cura, os lo dice desde el cariño una persona que sabe de lo que habla. Un abrazo para Manolo, Juani, Guada y la Tía Aniceta.