Tragedia evitable

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
En el primer semestre de este año murieron en España 296 personas en accidente laboral, lo que supone una caída del 29 por ciento respecto al mismo periodo de 2008, cuando fallecieron 417 trabajadores. Guadalajara no es una excepción y, por ello, dentro de la vorágine de malas noticias económicas que nos inundan casi a diario, resalta más si cabe el hecho de que en nuestra provincia también hayan descendido los accidentes laborales.
Guadalajara contabilizó un total de 1.961 accidentes, lo que supune 784 menos que en el mismo periodo del año pasado. Habría que analizar los motivos de ese descenso aunque el más obvio es el descenso de actividad que se ha registrado en ese periodo. Sin embargo, y conservando el optimismo propio de una noticia de estas características, podríamos decir que empiezan a dar sus frutos las políticas de prevención que desde hace años se vienen poniendo en práctica en nuestro país. A pesar de ello, no hay que bajar la guardia. Mientras haya un solo muerto en accidente laboral, la batalla no estará ganada, pues se trata de una tragedia evitable. Es fundamental la voluntad política y empresarial para hacer efectivos los preceptos legales y el cumplimiento estricto de los acuerdos firmados entre los interlocutores sociales y las distintas Administraciones, pero también lo es la propia responsabilidad del trabajador a la hora de evitar los riesgos y cumplir las normas. Es urgente detener ya esta dramática dinámica que resulta incompatible con una sociedad que, como la nuestra, se pretende desarrollada. Se debe considerar como una prioridad estratégica y por ello hay que seguir insistiendo en medidas que van desde campañas de sensibilización e información en las empresas, hasta el acompañamiento y asesoramiento legal de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con la problemática de la siniestralidad laboral. Pero además, habría que empezar a pensar en la necesaria modificación de los sistemas de trabajo; en la mayoría de los casos los ritmos no están estudiados ni controlados considerando la persona del trabajador, sino sólo la producción, lo que provoca ritmos muy acelerados. Ninguna medida es desdeñable si tenemos en cuenta que el 98% de los accidentes laborales son totalmente evitables si se cumple la normativa de prevención de riesgos laborales y se afianza la cultura de la prevención en trabajadores y empresarios.