Trascendente y social
La libertad religiosa no es sinónimo de relativismo, ni de la idea post-moderna según la cual la religión es un componente marginal de la vida pública. El relativismo y el secularismo niegan dos aspectos fundamentales del fenómeno religioso, y por tanto del derecho a la libertad religiosa, que en cambio exigen respeto: las dimensiones trascendente y social de la religión, en los que la persona humana intenta ligarse, por así decirlo, a la realidad que la supera y que la rodea, según los dictámenes de su propia conciencia.
Aunque si bien es verdad que el riesgo de crímenes dictados por el odio está ligado a la negación de la libertad religiosa, no deberíamos olvidar que hay graves problemas en áreas del mundo donde por fortuna no hay persecuciones violentas de cristianos.
Aun admitiendo que la marginalización de la religión no puede compararse con la persecución violenta, sin embargo estos crímenes se alimentan en un ambiente en el que la libertad religiosa no es plenamente respetada y la religión es discriminada. Cabe apuntar que la visión que identifica la libertad con el relativismo o con el agnosticismo militante y que hace surgir dudas sobre la posibilidad de conocer jamás la verdad, podría ser un factor base del aumento de la verificación de estos incidentes y crímenes dictados por el odio.