Tu iglesia contigo, con todos

05/11/2011 - 18:53 redacción

El próximo día 13 de noviembre celebramos la Jornada de la Iglesia diocesana. Con esta celebración recordamos cada año que la pertenencia a la Iglesia universal se realiza y se concreta para nosotros en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. En cada una de las parroquias de la diócesis, en comunión con el Papa, con el obispo diocesano y con los restantes miembros del pueblo de Dios, confesamos que existe un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos.

El lema elegido para iluminar la celebración de esta Jornada dice así: "Tu Iglesia contigo, con todos". Con frecuencia todos, incluso los no católicos, experimentamos la cercanía de la Iglesia a nuestras necesidades. Ella, además de engendrarnos en la fe por el sacramento del bautismo, nos ayuda a conocer mejor a Jesucristo en la catequesis y nos descubre la belleza de su amor en los sacramentos. En la comunión de la Iglesia experimentamos siempre el cariño, la acogida cordial y la búsqueda de respuestas por parte de los hermanos a nuestras necesidades.

La celebración del día de la Iglesia diocesana pretende concienciarnos a todos de esta realidad y, al mismo tiempo, pretende también ayudarnos a descubrir la importancia de nuestra participación consciente y responsable en las actividades litúrgicas, caritativas, económicas, formativas y sociales, promovidas por la diócesis y las parroquias, para que la Buena Noticia de la salvación de Dios llegue a todos los hombres. Son bastantes los bautizados que ya han descubierto esta gozosa responsabilidad, pero aún son muchos los que han renunciado a celebrar la fe con los restantes hermanos y se han olvidado de sus obligaciones como miembros vivos de la Iglesia de Jesucristo.

En este Jornada, al tiempo que oramos al Señor para que nos ayude a todos a vivir siempre con conciencia de enviados, dispuestos a participar en la construcción de la Iglesia como piedras vivas, debemos sentir también la llamada a colaborar con sus necesidades. Para anunciar el Evangelio a todos y para mostrar el amor de Jesucristo a cada ser humano, especialmente a los más necesitados, la Iglesia necesita la colaboración generosa de todos. En este sentido, no debemos olvidar que las aportaciones voluntarias de los católicos españoles constituyen la parte más importante del sostenimiento económico de la Iglesia.

La mejor forma de ofrecer esta colaboración es mediante una aportación periódica personal o familiar, abonada por domiciliación bancaria. La cuantía de la aportación dependerá de la generosidad y de la situación económica familiar. Que cada uno dé de acuerdo con sus posibilidades, pero que todos demos algo. Con mi gratitud anticipada por vuestra generosidad, os envío a todos mi cordial saludo y bendición.