Un año de dolor

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
Muchas son las tragedias de la última década que en mayor o menor medida han golpeado a Guadalajara, junto a otras tantas provincias españolas. Hoy hace un año de la catástrofe del vuelo JK 5022, que dejó 154 víctimas. Sus familiares no han dejado de recordarles ni un solo día y hoy, de un modo especial, reviven el dolor de aquel fatídico 20 de agosto en el que el aeropuerto de Barajas se tiñó de luto.
Dos localidades de la provincia recuerdan hoy de un modo especial lo que pasó entonces. En Valdeavellano recuerdan a Mamen, que se marchó de vacaciones a las islas Canarias y ya nunca regresó al pueblo de sus padres en el que tantos veranos de juegos, risas, fiestas y amistad compartió con sus vecinos. En Yélamos de Abajo recuerdan a Mª Carmen y a su hija Verónica, que regresaban a su hogar insular tras disfrutar de las populares fiestas del municipio, en las que la madre recordaba su infancia en el pueblo. Con estos pueblos, toda la provincia recordará en silencio la nefasta jornada de hace un año. Muchos hoy siguen pidiendo explicaciones para este suceso, cuyos detalles técnicos siguen sin esclarecerse, y tal vez nunca lo llegarán a estar. Un fallo fatal en el aparato parece que desencadenó una tragedia imprevista para cuantos pilotaban la nave. Se trata del accidente más grave registrado en el aeropuerto madrileño, un accidente de esos que se inscriben con sangre entre los fracasos de la aviación. Doce meses después del fatal desenlace del vuelo JK 5022 los huecos en el corazón por la pérdida de los seres queridos siguen sin llenarse. Hoy, los medios nos vemos obligados a mostrar de nuevo las imágenes del avión siniestrado, incluso a algunos de los heridos o el desolador panorama que encontraron los bomberos. Sabemos que a los familiares de las víctimas les ayudan a revivir su dolor y, por ello, les pedimos disculpas. Sin poder desatender nuestra obligación de informar, queremos respetar sinceramente su derecho a la intimidad, a vivir su dolor en la soledad que les produce la falta de sus seres queridos.