Un curso escolar de recortes y precariedad

07/09/2012 - 00:00 Redacción


  El próximo lunes se inicia el curso escolar con las peores previsiones. El enfado del profesorado ante los recortes y el incremento en el número de alumnos hace presumir un otoño caliente, y no precisamente por las temperaturas. Esta semana el consejero de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, Marcial Marín, anunciaba que casi 2.000 alumnos nuevos se van a sumar al nuevo curso escolar en la provincia de Guadalajara. Serán un total de 48.362, 1.823 más que el año anterior. Y ya se sabe que a más cantidad menor calidad, aunque habrá que recordar aquellos años en los que con 40 alumnos por aula, los profesores hacían gala de contar con estudiantes de primer nivel. Se vuelve a tiempos de hace décadas con la disminución de recursos y con el cierre de escuelas rurales. La crisis no perdona a la Educación, que como la Sanidad está viendo resentido el servicio en aras de la rentabilidad. Es precisamente por ello por lo que los sindicatos insisten en que si el curso pasado se caracterizó por el caos organizativo, éste se recordará por la precariedad de recursos humanos y materiales. Y van más allá augurando un incremento “escandaloso” del fracaso escolar durante este curso como consecuencia de la reducción en el número de profesores que se sitúa en cifras del curso 2005/2006, mientras que el número de alumnos ha aumentado en más de un 30 por ciento desde esa fecha. Es precisamente eso, la reducción de interinos la que parece haber puesto en pie de guerra a la comunidad educativa. Razón no les falta, pero la situación es poco reversible, a juzgar por las cuentas regionales. Por eso, y respetando sus motivos, debería empezar a reinar la cordura y aprovechar al máximo los medios existentes para que, finalmente, no sea el alumnado el que pague las consecuencias de huelgas y protestas. Demasiado duro se presenta el curso, con los ajustes, como para tener que compaginar las clases con las movilizaciones.