¿Un Nobel merecido o precipitado?

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
JESÚS GARCÍA RODRÍGUEZ Guadalajara
Estoy de acuerdo en que la concesión del Premio Nobel de la Paz está sometida a diferentes interpretaciones, pero la elección este año del presidente norteamericano, Barack Obama, con menos de un año en el puesto, ha sido mucho más que una sorpresa, se trata de un caso insólito.
Considerado hasta ahora como una de las más altas distinciones del mundo, el Nobel de la Paz debería ser la recompensa a una acción palpable para mejorar el mundo, mientras que en este caso se han invocado las intenciones del galardonado más que sus hipotéticos méritos, que todavía están por venir. Pienso, Sr. Director, que lo justo no es valorar las promesas de los políticos, sino si son capaces o no de cumplirlas. Me parece que la perplejidad que ha suscitado en todo el mundo esta decisión prueba que ha sido precipitada. La tesis de que es necesario resaltar a los “idealistas que están luchando” por mejorar las cosas puede ser comprensible, pero no lo es tanto asociarla a la concesión de un galardón como el Nobel. ¿No le parece que lo que se ha hecho es equivalente a premiar con el Nobel de medicina a alguien que se disponga a trabajar por encontrar una vacuna contra el cáncer, pero que aún no ha logrado crearla?