Un servicio esencial para los pueblos

Los pequeños pueblos de la provincia respiran, habitualmente, tranquilidad por los cuatro costados. Pero esta calma, habitual en el día a día, suele romperse cuando llegan esas cartas tan técnicas, en ocasiones, poco comprensibles, para los alcaldes. Un simple trámite que para los grandes ayuntamientos es una gestión más, en los pequeños, puede llegar a convertirse en un quebradero de cabeza y en una odisea. Tienen secretario, pero éste no acude todos los días y a veces hay trámites que no pueden esperar o tienen un plazo fijado que es inamovible. Es ahí donde entra en juego la Diputación provincial, que se presenta como la madre de los pequeños pueblos, a la que recurren cuando tienen un problema. Y más específicamente al Servicio de Asistencia al Municipio (SAM), que está centrado en atender las urgencias de esos pequeños pueblos, además de las dudas que puedan surgirles a sus secretarios. Según los últimos datos, durante el año 2014 aumentaron las peticiones que atendieron los técnicos de Diputación de este servicio, en áreas tan importantes como la urbanística, técnico-jurídica, fe pública, contable-presupuestaria y administración electrónica. Este último ámbito es especialmente importante en la actualidad, ya que los trámites electrónicos tienen cada vez más presencia en la actividad cotidiana de los vecinos de una localidad y de los consistorios. No sólo se trata de que los ciudadanos puedan hacer trámites a través de la red, sino que el Estado también exige a los ayuntamientos que estén preparados para dar servicios por Internet a sus habitantes y proveedores. Y es que el pasado día 15 se implantó la factura electrónica y más de un centenar de entidades han pedido ayuda a Diputación para adherirse a la plataforma habilitada por el Estado para recibir las facturas. En definitiva, un servicio necesario que pone de manifiesto la importancia de las diputaciones, especialmente en una provincia como la nuestra, en la que hay muchos pueblos con pocos recursos técnicos y humanos.