Una batalla ganada
El pasado jueves el presidente de la Junta, José María Barreda, en una visita a la capital instaba al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a que determinase cuanto antes el lugar donde se acabaría instalando el Almacén Temporal Centralizado (ATC). Y dicho y hecho. El viernes saltaban las primeras noticias sobre la posible ubicación de la polémica instalación. Aunque la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega no confirmaba, (como si lo hacía el PSOE regional y el propio presidente castellano-manchego) si será Zarra (Valencia) el municipio que acogerá definitivamente el ATC los que si ponían encima de la mesa la inmediatez de una decisión asegurando que el Consejo de Ministros, en su reunión había estudiado un amplio informe presentado por el Ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, y que seguirán estudiándolo.
La decisión se precipita y aunque no se pueden lanzar las campanas al vuelo (la decisión se conocerá en breve) parece que todo apunta a que Castilla-La Mancha se salva, esta vez, de albergar más instalaciones nucleares. La oposición mostrada por los castellano-manchegos, alzando su voz y echándose a la calle y la tenacidad de un Gobierno regional que desde el primer día ha centrado sus esfuerzos en evitar que las decisiones de dos alcaldes, el de Yebra y Villar de Cañas, pudieran poner en peligro el desarrollo sostenible por el que tanto ha apostado José María Barreda, dan ahora sus frutos. Con esta decisión se pone de manifiesto el respeto por el deseo de la inmensa mayoría de la población, pero además queda patente que el Gobierno regional siempre ha estado del lado de los intereses generales dejando al margen los partidistas. Es, pues, una buena noticia para todos los que desde un primer momento han apostado por el futuro de una Guadalajara que ya ha cubierto su cuota de solidaridad nuclear. Se puede decir que los alcarreños han ganado una batalla.
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