Una fiesta que no se podía perder en Molina
01/10/2010 - 09:45
Ortiga
Los molineses se llevaron un buen susto cuando, en el mes de julio, el Ayuntamiento decidió no seguir arrendando la plaza de toros. Era mucho dinero para la situación económica actual, entendían desde el equipo de Gobierno. Un coso con una antigüedad de 122 años no se podía permitir el lujo de no celebrar un festejo taurino en las fiestas mayores. Durante este tiempo no ha habido un solo año en el que se haya suspendido una corrida. Los más mayores recuerdan que incluso en la Guerra Civil se desarrollaban corridas de toros, a cargo de los requetés.
Pero la falta de recursos se ha suplido con imaginación y buena voluntad de vecinos a título individual y peñistas. Era cuestión de aunar esfuerzos y lograr la meta. La familia propietaria de la plaza de Toros compartía el sentimiento vecinal y, a petición de un miembro de la peña El Caspurro, accedió a ceder gratuitamente el coso para la celebración del espectáculo. El año que viene ya veremos, dicen los vecinos. Al menos, se ha logrado salvar la fiesta del presente y ahora hay un año por delante para planificar las cosas con el objeto de que no vuelva a ocurrir. El alcalde no descarta, si mejora la situación, volver a arrendar la plaza para entonces.