Una huelga más en la Enseñanza. Y, hoy, ¿qué defienden?

30/05/2012 - 19:40 Redacción

Los padres de la educación pública vemos pasar este curso salpicado de protestas, mítines en las aulas, apoyos a los mitineros, plataformas educativas de las que nadie se responsabiliza, intentos de manipulación de nuestros hijos, carteles políticos en los centros, manifiestos en los consejos escolares, maestros disfrazados….  Pero, ¿qué es esto?  Además de comprobar que en los centros escolares donde asisten los menores no está garantizado el principio de neutralidad ideológica que dicta la ley, vemos cómo el corporativismo envuelve y protege a quien lo infringe.   Tanto el PSOE como IU y los sindicatos cercanos se pronuncian defendiendo lo indefendible, o ¿acaso es defendible adoctrinar a niños de 10 años?   Y es que, solo el hecho de que la propaganda política transmitida por el maestro Ángel Renieblas a niños menores de edad sea un discurso de izquierdas le asegura un colchón mullido. Otro gallo cantaría si lo que hubiera hecho este docente, por poner un ejemplo, fuera interrumpir el desarrollo normal de una clase para rezar el Ángelus a  las 12. Los gritos y alaridos de los defensores de la libertad de expresión de Renieblas se se alzarían enarbolándolos principios que con su actuación se han visto manchados.    Si la enseñanza pública es neutral, imparcial y en la que no caben adoctrinamientos ideológicos, no caben estas protestas. Y si le abren un expediente por infringir las normas democráticas que todos nos hemos dado, lo lógico es que todos aplaudiéramos. Porque de esa forma se garantizaría que las aulas no podrían ser utilizadas por unos u otros para intoxicar a niños de 10 años.   Quien instruya este expediente tendrá que contemplar que el ideario de la escuela pública no es otro que la propia Constitución española de 1978 y las leyes de educación, amén de los derechos de los niños y las familias que asisten a ellas, en algunos casos obligados ante la falta de oferta de otros centros. Quien defiende la escuela pública desde posiciones sectarias y adoctrinadoras no hace otra cosa que tirar piedras sobre su propio tejado y provocar que los padres y madres anhelemos la existencia de centros verdaderamente garantes de nuestros derechos. Y que la única formación que reciban, además de las materias lectivas propias de cada curso, sea aquella que hable de valores humanos como solidaridad, igualdad, respeto a la pluralidad y tolerancia hacia las ideas ajenas.