Unas obras como arma arrojadiza

10/10/2012 - 19:34 Redacción

Esta semana el tema de conversación política no ha sido otro que las obras de Francisco Aritio. La visita de la consejera de Fomento, Marta García de la Calzada desataba de nuevo las iras políticas en el Ayuntamiento capitalino donde los socialistas, precursores en otros tiempos del proyecto, no quieren dejar de ponerse alguna medalla o mejor dicho impedir que otros se las pongan. El caso es que las obras que empezaron en agosto no parecen ser del agrado del Grupo Municipal Socialista que considera que los trabajos que está ejecutando el Gobierno regional se limitan a cambiar baldosas, echar una capa de asfalto y poner farolas y no resuelve las principales carencias de la vía, como la renovación de las redes de saneamiento y abastecimiento o el soterramiento de contenedores e instalación de mobiliario urbano. El caso es que el concejal de Infraestructuras, Jaime Carnicero ha puntualizado que se están realizando muchas de esas tareas gracias al esfuerzo del Ayuntamiento y ha aprovechado para echar una buena “reprimenda” a los que antes gobernaron y no fueron capaces de sacar el proyecto adelante, es decir, a los socialistas. Por que no nos engañemos, después de años y años esperando la reforma de una de las arterias de conexión más importantes de la ciudad ya era hora de que se actuase. A los retrasos reiterados, ocasionados por múltiples desencuentros entre administraciones de distinto signo político en la anterior legislatura, se suma ahora la difícil coyuntura económica que está suponiendo una actuación más modesta. Sin embargo, el deseo de los vecinos de la zona de que se arregle una calle que era prácticamente intransitable es tal, que a buen seguro poco les preocupa que el proyecto faraónico se haya convertido en una actuación de primera necesidad ni tampoco les preocupará en absoluto, quien se acaba poniendo las medallas en una guerra de cuyos efectos colaterales han sido siempre víctimas.