Universidad

05/11/2015 - 23:00 Redacción

Este miércoles, de forma solemne y brillante, tuvo lugar la apertura oficial del curso de la Universidad Nacional a Distancia de Guadalajara, una institución universitaria que es realidad en nuestra provincia desde el año 1997 aunque, por su importancia, fuese reclamada ya desde estas páginas de Nueva Alcarria en el año 1975 por nuestro entonces subdirector y hoy colaborador Luis Monje Ciruelo. La UNED cuenta con más de tres mil alumnos matriculados y sobrepasa el centenar de profesores tutores con una oferta académica cada vez más amplia que cuenta con presencia también en Molina de Aragón e incluye Grados adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior, curso de acceso para mayores de 25 y 45 años, cursos de idiomas, actividades de extensión universitaria, cursos de verano, etc. Profesionalidad y servicio público hoy bajo la dirección de Jesús de Andrés, tiempo atrás de Luis Rodríguez Motiño o Ángel Villarino, entre otros. Con todos nos ha unido una excelente relación y colaboración y tan solo tenemos palabras de agradecimiento, reconocimiento y ánimo para seguir desarrollando esta importante labor en la que también es justo resaltar el apoyo que siempre ha recibido tanto de Ayuntamiento como de Diputación. La Universidad es un servicio público, la educación un derecho fundamental en todos sus grados y se debe procurar el acceso a todo el que quiera obtener un título. Disponer de la UNED, después de años de reclamación, y del Conservatorio Provincial de Música, también solicitado durante tiempo antes desde este periódico, nos recuerda el proyecto de la extensión de la Universidad de Alcalá de Henares a la ciudad de Guadalajara. La crisis y los cambios en los gobiernos regionales han variado y paralizado las distintas ideas sobre su ubicación, pero en la actualidad existe un protocolo firmado entre Ministerio, Junta y Universidad de Alcalá que debe ir dando pasos. No solo es importante por la oferta educativa sino también por la revitalización a todos los niveles que supondría para el casco histórico de nuestra capital. No podemos permitir que los distintos signos políticos sirvan de obstáculo para dotar de una infraestructura de tal nivel e importancia para nuestro desarrollo y futuro como es hacer de Guadalajara una ciudad universitaria.