Va por ti, Antonio Montoya
21/08/2012 - 00:00
Hola Antonio: Te pido mil perdones por todo. Se que he tenido la culpa por fiarme de la gente que nos robaron hasta las entrañas, por ser buena gente, simplemente por eso. He doblado las rodillas ya. He intentado todo por activa y por pasiva. El edificio que con tanta ilusión construimos también nos lo quitan. Ya estoy cansado de luchar todos los días contra la sociedad. Me he cansado. Estoy derrotado hermano. He querido conservar casi todo y no lo he conseguido, Perdóname por favor.
Siento vergüenza escribirte esto, pero es la verdad Antonio, He doblado las rodillas del todo, que bronca me tienes que estar dando desde arriba por todo¡¡¡¡ Tenía muchas cosas en contra los bancos, la gente con los comentarios falsos, mis infartos, mi ansiedad, mis mareos por las cervicales, mi depresión, los proveedores a los que hemos hecho ricos por nuestros pedidos, a los que nos robaron en la empresa que nos destrozaron, las televisiones, comentarios de ajustes de cuentas, a la enfermedad del sigloXXI: la envidia. la maldad, la marcha de mi mujer...y sobre todo esto, tu asesinato, por encima de todo esto¡¡¡¡¡¡¡imposible¡¡¡¡¡ no hay ser humano que lo aguante.
A parte de la enfermedad de madre que está muy muy tocada por el asesinato brutal que vio en directo. Así que te pido perdón, por mi flojedad, pero esto es invivible hermano, no se puede aguantar. Después del dolor tan inmenso que soporte cuando te asesinaron, un dolor que me desestabilizó la vida, que me la truncó, me la sesgó
mucha gente ha puesto las espadas en alto contra nuestra familia y sí nos han derrotado. Asumo la culpa que haya tenido, simplemente decirte como ayer en el cementerio te dije lo muchísimo que te echo de menos y lo que te quiero. Antonio de tu hermano que espera que se haga justicia con nosotros.
Nunca te olvidaré, descansa en paz. Señor juez, señor fiscal, asesinos, ladrones, envidiosos, hipócritas, barriobajeros, seres tan pobres que lo más importante para ellos es el dinero, sin corazón, lobos con la piel de cordero, señores de la gomina, de los trajes, banqueros falsos que te daban el oro y el moro. Y ellos se lo han llevado crudo. Y ahora a vosotros ¿qué hay que haceros? Tripones, os sentaba mal cuando decía la verdad en Televisión. Y ahora qué.