Veinte años en Nueva Alcarria

11/01/2016 - 23:00 Pedro Villaverde Embid

Aunque todo empezara con un primer artículo de felicitación en el número del cincuenta aniversario que se publicó en junio de 1990 y desde entonces ya escribiese con periodicidad colaboraciones, mi vinculación laboral con Nueva Alcarria se inició el 1 de enero de 1996. Al día siguiente, acompañado de mi padre, entonces director y hoy presidente de honor, me dirigí a la redacción de la calle Clavel 3 con el contrato de redactor, firmado por mi abuelo, Salvador Embid, y el representante de los trabajadores, José Luis Gayoso. Me recibió Ángel de Isidro, redactor jefe, que me encargó ir al domicilio de Domingo Cardero para recoger sus colaboraciones, escritas a máquina y que yo pasaría a limpio. Lo mismo haría con otros corresponsales como Luis García. Fue mi primera tarea. Por entonces, sin correo electrónico todavía, había que ‘picar’ todo, trabajo que hacían los componedores, de los que hoy solo queda Emiliano Marcos. El primer café lo tomé con Gema Ibáñez y Paloma Mora en Hernando 17.
La redacción la completaban Jesús Gaitán, Isidro Hernández, Purificación Camarma y Esteban Provencio, teniendo gran actividad en el periódico colaboradores como Avelino Antón, Luis Monje, Bernabé Relaño, Herrera Casado, Serrano Belinchón, Francisco Lozano, de las Heras, Ernesto Baraibar o Marcos Calvo en Publicidad. Un texto sobre los Populares de Nueva Alcarria y una introducción para la página 3 del suplemento de Bodas fueron los primeros textos que escribí. Son estos los recuerdos iniciales de una vida laboral que hoy alcanza los veinte años, siendo imposible citar la cantidad de personas, vivencias, alegrías, sinsabores, despedidas, cambios de oficina, proyectos, ilusiones y disgustos acumulados.
Lo mejor, los amigos íntimos que hoy forman parte de mí y la suerte de trabajar con un padre y un abuelo. Las distintas etapas, cada relación con tantos compañeros, políticos y gentes de Guadalajara, la llegada al accionariado de un gran empresario como Félix Abánades con su Grupo Rayet y otras tantas cosas han conformado estas dos décadas que hoy comparto con los lectores de un periódico en el que espero seguir aprendiendo y siendo feliz, al menos durante otros veinte años más. La historia se sigue escribiendo. Gracias a todos cuantos habéis estado ahí.