Vergüenza ajena
Cuando Montoro ha dicho que hay compañeros que se avergüenzan de ser del PP, sus razones tendrá el hombre. Tampoco me parece tan grave que algunos se avergüencen de su militancia en el PP en un país tan acomplejado, donde algunos se avergüenzan de ser españoles o de las atrocidades que cometimos durante el Descubrimiento de América.
?Lo que debería de preocuparle al PP es la falta de ilusión que transmite a la opinión pública, incluso cuando el Gobierno ha hecho los deberes y las cosas van bastante mejor que hace cuatro años. Parece como que tuviera que justificarse continuamente y pedir perdón por sacar a España de la lamentable situación en la que nos había dejado Zapatero.
Pero no hay problema. Los españoles, como recuerda de vez en cuando el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, llevamos muchos siglos intentando cargarnos España y todavía no lo hemos conseguido. Eso no quiere decir que sigamos intentándolo, cada vez con más ahínco y con más fe en nuestras posibilidades.
Lo que está pasando en Cataluña es de traca. Artur Mas, Ada Colau y Antonio Baños se superan cada día. El primero ha hecho méritos suficientes como para ser inhabilitado, aunque llegue a los juzgados en una nube de esteladas; la segunda todavía no ha explicado cómo se fraguó el genocidio de Cristóbal Colón en su empeño por descubrir el Nuevo Mundo, y el tercero levanta el puño y pide una República Catalana, mientras sus futuros aliados de la burguesía catalana le ríen ingenuamente sus proclamas.
No me digan que no es para partirse de risa, si ese escenario no fuera una seria amenaza para el futuro de millones de personas que les votan y respaldan. Está demostrado que en Cataluña no se avergüenzan de nada, cosa que sí ocurre a algunos militantes del PP al intentar defender principios que dan estabilidad a un Estado democrático.
A mí me daría vergüenza votar a quienes se avergüenzan de ser lo que son y de estar donde están. Por una razón muy sencilla: nadie les obliga a pasar por ese trance.
Hay que decirle a Cristóbal Montoro, una vez cumplidas nuestras obligaciones fiscales, que deje de tirar la piedra y esconder la mano. Que diga quiénes son esos avergonzados compañeros del PP.
Aunque solo sea para que puedan tomar nota los votantes.