Viaje cultural del Inserso a Ponferrada
Soy una jubilada de Guadalajara, y he participado recientemente en un viaje financiado por el INSERSO, un viaje cultural con destino a Ponferrada (León). Lo primero que considero importante , es agradecer a las instituciones que sigan haciendo el esfuerzo de continuar con estos programas; sobre todo en los actuales tiempos de crisis. Pero me gustaría aportar alguna crítica al respecto de esta actividad, con el objetivo de que pueda llegar a tener un fin constructivo. El primer fallo que quiero apuntar, es sobre la propia planificación del viaje: excursiones excesivamente lejanas y apretadas en el programa(de Ponferrada a Zamora tardamos 2h20 de ida y 2h20de vuelta, todo en el mismo día); dos visitas comerciales programadas (sin sentido en un viaje cultural); puntos culturalmente interesantes que están cerca, y que no se han visitado, o que se han visitado con excesiva premura (parque natural de Las Médulas visitado de pasada, y el lago del mismo paraje sin visitar).
En relación al alojamiento: un hotel de cuatro estrellas, precioso, muy bien preparado, y muy bien ubicado. Sobre la manutención recibida: escasa, repetitiva,de baja calidad,inadecuada, e incluso mal planificada. El desayuno era siempre café con leche y un panecillo con mermelada y mantequilla(ni fruta, ni bollería,ni zumo, ni embutido, escaseando incluso la sacarina y el descafeinado-para un grupo de jubilados-; tanto en las comidas como en las cenas, la única carne que nos sirvieron fué pollo; el único día que varió el menú de carne(pollo) al pescado, fue para repetir lo mismo en comida y cena-macarrones y filete de panga-. En cuanto a la actuación de la Guia, persona encargada de facilitarnos todo, de velar por nuestro confort, y de intentar aportar un ambiente agradable y de disfrute... pues definitivamente , ella debió pensar que sus funciones eran otras: discusiones continuas y llamadas de atención totalmente inadecuadas en forma y contenido, fueron su seña de identidad; autoritarismo déspota mal entendido que mostraba llamando la atención, aprovechándose del uso del micrófono, para discusiones que más parecían rencillas personales... Como último apunte, les diré que ha sido el único viaje en que ni siquiera nos facilitaron el cuestionario de evaluación...¿casualidad,no? En definitiva, un viaje planteado para el disfrute, el entretenimiento y el conocimiento, no tiene por qué acabar dejando este amargo sabor, pues con un mayor control sobre los citados puntos, se solventarían las deficiencias; y por ende se aprovecharían mejor los recursos de todos.