Victoria Abril: “Los actores somos como aspirinas”

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Victoria Abril, con el director de la película.	 (Foto: EFE)
Por: CH. L MONJAS. COLPISA
La etapa de reencuentros que está viviendo Victoria Abril es un suma y sigue. Primero con Vicente Aranda, con el que, tras siete años de sequía, rodó Tirante El Blanco, y después con Antonio Banderas, su ‘Antoñito’, a cuyas órdenes hizo una especial colaboración en El camino de los ingleses.
Y ahora está a punto de recuperar a Agustín Díaz Yanes, que le escribió uno de los personajes que más ha calado en la crítica y en el público y le dio un Goya y la Concha de Plata del Festival de San Sebastián, el de Gloria Duque en la célebre Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto. En la lista sólo le falta volver a tener el estatus de chica Almodóvar.
“Los reencuentros no son novedad. Es la historia de mi vida”, dice la popular actriz que, de nuevo, está en España para promocionar el primer largometraje de Lucas Fernández, Oscar. Una pasión surrealista, un homenaje al pintor surrealista canario Oscar Domínguez en el centenario de su nacimiento en el que comparte fotogramas con Emma Suárez, Joaquín de Almeida y Jorge Perugorría.
Cuesta creer que la estrella madrileña celebre el próximo julio su 49 cumpleaños. Tan pizpireta como siempre, una simpatiquísima y delgadísima Victoria Abril recuerda que Oscar... le llegó “de la manera más surrealista”. Resulta que la actriz estaba filmando El camino... cuando leyó en el periódico que el debutante Lucas Fernández quería hacer un filme-homenaje al pintor canario, artista del que no sabía nada, confiesa. Al final de la noticia, el futuro director comentaba que le gustaría tener en el papel principal femenino a Victoria Abril.
“Me enteré por la prensa, como antes. Me decía unas flores...”, comenta la intérprete, cuyo personaje, el de una abogada enferma en fase terminal, es la protagonista de la historia que corre paralela a la de Oscar Domínguez. “La película habla de la muerte y de la necesidad de encontrar un marco legal para el derecho a morir dignamente. Mi personaje necesita mucho amor, por eso titulé la canción que compuse para el filme Necesito vivir”, relata.
Abril, que ha seguido el caso del Severo Ochoa desde París, donde vive, preparó aspectos del personaje con un médico que padecía un tumor cerebral. “El me abrió la puerta para entender qué se siente teniendo la espada de Damocles. Primero pasas por la rabia, el dolor, la bronca, y luego la aceptación, el perdón y la limpieza. Este papel me ha servido para enfrentarme a la muerte sin miedo”, asegura.
Oscar..., que llegará a nuestras pantallas el 22 de febrero, ha dado mucho que hablar por el beso lésbico entre Abril y Emma Suárez, que se mete en la piel de su mejor amiga. “Hay que tomarse el beso como lo que es, un cuidado paliativo. Es un beso más de amistad, de amor, que de sexo. Pero el marketing...”, apunta Abril, que tiene pendiente el estreno de cuatro comedias, tres de ellas con factura francesa.
Actriz y cantante, oficio que ha retomado en Oh la la, trabajo que el próximo septiembre presentará en España, ha aparecido en más de cien películas. “Pero no hay nada como hacer la primera o última cinta de un director. En las óperas primas sientes que su autor necesita de tu experiencia, hace que te sientas útil y espera con la boquita abiertas que le des de comer. Oscar... también me permitía meterme en el cuerpo de una mujer con fecha de muerte, un papel distinto porque es complicado dar con historias que no has tocado por un lado u otro”, explica.
Victoria Mérida Rojas, su verdadero nombre, hace cine “para ser feliz, para comer, para sentirme útil... No hay por qué estar todo el tiempo dando lecciones al espectador, también hay que divertir y hacer filmes que le sirvan para desconectar. Los actores somos como aspirinas, a veces incluso más eficaces que este calmante que me parece el gran invento. Por eso, siempre digo que deberíamos de pertenecer al Ministerio de Sanidad”, manifiesta.