Viva España (toda)

14/01/2011 - 00:00 Miguel Abascal

Por un desgraciado accidente en el que no tuve culpa alguna, he tenido que pasar dos meses en cama, y lo que me queda, periodo que he soportado, unas veces con harto dolor y sufrimiento y otras con menos. Cuando más, era con vistas a curarme la herida: una hermosa quemadura con aceite a 200 grados, que me coge toda la pierna derecha. Siguiendo las indicaciones de Galeno era imprescindible la limpieza diaria de la herida para que no se infectara. Créanme que el dolor casi siempre era insoportable, pero los que no somos de Bilbao también sabemos sufrir con la boca cerrada. Estas curas me las practicaba el equipo del Centro de Salud de mi pueblo, Chiloeches (Guadalajara) que dirigen los doctores, D. Vicente Albert Cuñat y D ª Mª Luz García Mazarío atendidos por los enfermeras/os Vanessa Rodríguez Cetina, Susana Dehesa Roche, Marta, Maribel, Pilar, Eva Laso y María Rubio, Rubén Viejo, Rubén Santano, etc. Era preceptivo alternar estas consultas con otras que pasaba en el Hospital Universitario de Guadalajara, en donde El Servicio de Cirugía Plástica, tomando cartas en el asunto, decidió que me tenía que operar y a tal fin me ingresaron para la preparación del sacrifico. Llegado el momento, me injertaron piel del muslo en el resto de la pierna quemada, en una operación de la que quiero resaltar la profesionalidad y la perfecta coordinación de todo el equipo, con la inestimable ayuda de las enfermeras y los camilleros. Todo salió perfecto, fenomenal y fue un ejemplo de trato que se ha de dar al paciente gracias a los doctores Margarita González Rodríguez Azero y Emilio García Tutor. Al Hospital Universitario de Guadalajara le felicito, no por que estemos en Navidad, que también, sino porque su atención a los enfermos, las comidas y el servicio de las habitaciones es eficaz, de calidad y ofrecido con afecto a las personas que estamos en una cama y no nos podemos valer. Y refiriéndome al título de esta carta, llegado a este punto, quiero dar una explicación. Digo ¡Viva España! (Toda), despojado de todo contenido político. Digo ¡Viva España! (Toda), porque tanto en Chiloeches como en Guadalajara, he encontrado profesionales competentes que me han curado en una camilla o me han operado en un hospital que acoge y forma profesionales de Soria, de Canarias, de Ciudad Real, de Cáceres, de Cuenca, un hospital que fue construido por españoles para atender a gentes de todas las regiones, comunidades, nacionalidades, comarcas, pueblos, señoríos y provincias, sin que se les pida la pertenencia a un determinado partido político. Sólo se les pide una bata blanca, una titulación y una formación para recibir, atender y curar a todo aquel que lo necesite ¡Qué tranquilidad saber que están ahí para dar la batalla a la enfermedad, aliviar el dolor, conseguir la sonrisa del enfermo, la tranquilidad de sus familiares y, finalmente, la salud del que entró enfermo y sale sano! Esos médicos y personal sanitario que están a nuestro servicio, en los que confiamos y nos devuelven la sonrisa, no se deben a ningún partido político. Cuando empezaron la carrera gobernaban unos, cuando la acabaron, otros, cuando la están ejerciendo con toda su experiencia y sabiduría no tienen en cuenta quién gobierna, sino a quién tienen en la camilla, en la habitación del hospital o en el quirófano para atenderle. Luego, pasado 20 o 30 años, quedará en la memoria el ejemplo de unos grandes profesionales que cuando les llamó el deber ejercieron su profesión con vocación, poniendo toda la ciencia del mundo y el amor por unas personas desconocidas que cifraron en ellos su esperanza y su salud porque sabían que estaban en las mejores manos posibles. .