¿Y a partir de ahora qué?
04/02/2013 - 00:00
Ahora que ya tenemos una idea bastante clara del talante de nuestros políticos, monárquicos y demás icos
¿qué más nos falta por averiguar, poner y reponer sobre las mesas, para que se vayan? que más hay que ver, cuánto más nos han de saquear, y cuántos suicidios más han de suceder, para que esta gente enferma de poder entiendan que sobra. Una se acaba preguntando sencillamente qué tipo de educación han recibido. De pequeñita recuerdo que mi madre era muy prudente a la hora de indicarme que si no me invitaban a un lugar, sencillamente no debía ir, también me dejo muy clarito que lo que no fuese mío, no se debía tocar, porque si no, tenía que ir a devolverlo y eso era muy, pero que muy bochornoso para la familia, y además corrías el riesgo de que te colgaran la etiqueta de ladrón, y eso pesa demasiado. Claro la realidad actual y con el paso de los años compruebo que es otra cosa muy distinta. Aquí, a los ladrones de guante blanco, los encumbran a dioses les pagan por aparecer en salsas rosas y saraos, los defienden quien menos te lo esperas que salgan en su defensa, les lavamos la cara y el culo y salen altivos sonrientes e ilesos (aunque deduzco que es una estrategia) a contarnos las miserias del de al lado jugando al y tú más y a ver quién la dice más gorda.
Al resto y común de los ciudadanos, a los de a pie, ingenio y resignación, no nos falta, salimos a pedir que nos devuelvan nuestro dinerito y nuestros derechos, a que por favor no nos representen, y lo hacemos de mil maneras, por activa por pasiva, con humor sin ningún humor y como respuesta, vuelven a salir los mismos ladrones, dándonos la barrila y aconsejándo-nos- la importancia de la transparencia, si no fuera por lo dramático del asunto, resultarían ser unos cachondos mentales, pero lamentablemente, simplemente, son unos impresentables, y como además no tienen ni la osadía de ruborizarse mientras nos vierten sus moralinas resulta grotesco y cínico comprobar como el señor Pujol haciendo guiños, el señor Rajoy siseando
nos hablaban de transparenc