¿Y ahora qué hacemos sin concatedral?

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

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Durante cerca de un año, la concatedral de Santa María permanecerá cerrada al culto por un objetivo mayor. La obra de reforma de su interior es realmente necesaria si se quiere que un edificio monumental de su valor luzca tal y como se merece. Sin embargo, los efectos colaterales de su cierre se traducirán en varios inconvenientes tanto para los fieles que acudían a misa a diario o los fines de semana, como para las parejas que quizá estaban ilusionadas con contraer matrimonio este año en este templo y, finalmente, no han podido ver cumplido su deseo.
Los primeros deberán repartir sus visitas al templo entre la iglesia de San Francisco y el convento de las Carmelitas, siendo este segundo el que absorberá la mayor parte de la actividad de la concatedral. En el caso de las parejas, si todo sale según el cronograma de obra previsto, no tendrán más remedio que esperar al próximo año para pronunciar el ‘si, quiero’ en una renovada Santa María, siempre y cuando haya fecha en el calendario disponible para ellos.