Y ahora, ¿Quién paga?
02/04/2012 - 17:09
El pasado día 29 pudimos ver en TV algo insólito, impresentable, inhumano, etc. No me vienen a la boca más apelativos para señalar lo que realizaron algunos defensores de la huelga para así privar de sus derechos a los que intentaban trabajar ejerciendo sus derechos constitucionales, estos son los piquetes informativos, los que actuaron de una forma tan violenta, ajustada a casos vandálicos. Me estoy refiriendo a los que enviaron las asociaciones sindicales a comunicar a sus compañeros que secundaran la huelga. Algunos increpaban a los que no querían agregarse. Ellos, los dirigentes sindicales, que lanzaron a los piquetes informativos se quedaron en la retaguardia, estos son quienes se niegan a financiarse de las cuotas de sus afiliados; que están en contra de quienes pretenden aclarar las cuentas gravemente negativas que otros dejaron; también se
niegan a aclaran sus propias cuentas e impiden que todos conozcamos el número de liberados ni de afiliados que constan en cada sindicato; quienes forman, alientan y justifican a los piquetes que, en lugar de informar, coaccionan con violencia y destrozan el patrimonio; quienes se niegan a que se legisle una nueva ley de huelga, porque se quedarían sin el chollo y por eso han montado el pollo, una Ley que garantice el derecho a la huelga en igual medida que el derecho al trabajo; los que no han reaccionado contra los recortes del anterior Gobierno; quienes no han dicho ni mú mientras 5.300.000 españoles
han perdido su empleo, cuando 350.000 pequeños empresarios cerraron el negocio y en lugar de socorrerles les han forzado a cerrar sus comercios. Vaya unos defensores de los trabajadores, más parece que van contra ellos y contra su modo vivendis.
Pienso que quien rompe paga y los trastos a su casa -es una frase muy castellana- y como los piquetes informativos no van ha pagar, pues que los desperfectos ocasionados los paguen los sindicatos con las subvenciones que recibieron el anterior gobierno, de lo contrario que les corten el grifo y con este dinero los gobiernos podrán indemnizar a los perjudicados, no sea que como casi suele pasar los trastos rotos los pagamos los de siempre. ¡Ya está bien! Creo que es lo justo, de esta manera, muchos como yo, no nos preguntaremos ¿Y ahora, quien paga?
niegan a aclaran sus propias cuentas e impiden que todos conozcamos el número de liberados ni de afiliados que constan en cada sindicato; quienes forman, alientan y justifican a los piquetes que, en lugar de informar, coaccionan con violencia y destrozan el patrimonio; quienes se niegan a que se legisle una nueva ley de huelga, porque se quedarían sin el chollo y por eso han montado el pollo, una Ley que garantice el derecho a la huelga en igual medida que el derecho al trabajo; los que no han reaccionado contra los recortes del anterior Gobierno; quienes no han dicho ni mú mientras 5.300.000 españoles
han perdido su empleo, cuando 350.000 pequeños empresarios cerraron el negocio y en lugar de socorrerles les han forzado a cerrar sus comercios. Vaya unos defensores de los trabajadores, más parece que van contra ellos y contra su modo vivendis.
Pienso que quien rompe paga y los trastos a su casa -es una frase muy castellana- y como los piquetes informativos no van ha pagar, pues que los desperfectos ocasionados los paguen los sindicatos con las subvenciones que recibieron el anterior gobierno, de lo contrario que les corten el grifo y con este dinero los gobiernos podrán indemnizar a los perjudicados, no sea que como casi suele pasar los trastos rotos los pagamos los de siempre. ¡Ya está bien! Creo que es lo justo, de esta manera, muchos como yo, no nos preguntaremos ¿Y ahora, quien paga?