Y llego el verano

05/07/2013 - 11:12 Redacción

Llegó el verano y para muchos las vacaciones, tiempo de descanso, necesario para reponer fuerzas y así luego reemprender con nuevo brío nuestro trabajo.
Descanso que no quiere decir “echarse a la bartola y ancha es Castilla”. Se descansa estupendamente cambiando de ocupación, dedicando más tiempo a la familia organizando meriendas y fiestas con parientes y amigos, visitando a personas que viven solas y cómo agradecen que alguien las escuche. Para descansar no es necesario grandes gastos. Si nos gusta el campo en esas salidas admiramos el orden de la naturaleza, el canto de los pájaros y qué fácil es pensar que hay un ser superior que mantiene ese orden y descubrimos que es Dios. Cierto que el descanso lo necesitamos, pero no sólo físico, hay que cultivar también el intelecto, cogemos un buen libro y al mismo tiempo que vemos en él la inteligencia humana, damos gracias a Dios porque nos ha hecho personas con inteligencia y voluntad. A veces observo en algunas personas un comportamiento de despreocupación y abandono en su parte exterior, chabacano; es que para descansar no es necesario ir disfrazado, sentido común.
Lo mismo en el trabajo como en el descanso hemos de buscar lo que ennoblece, no lo que esclaviza, poner la ilusión de aportar valores.
Buenas vacaciones.