Ya soy autoridad pública

17/05/2012 - 18:53 Redacción

“Es dar respuesta a una petición, que desde años, los docentes estamos solicitando. Ya el gobierno de Barreda tuvo oportunidad de responder a esta petición y no quiso.”
Esto es parte de la declaración, que la Senadora por Guadalajara Ana González, ha hecho en relación a la aprobación de la Ley de autoridad pública del profesorado, por parte de las Cortes de Castilla la Mancha, la semana pasada. ¡Por fin somos autoridad pública! Exclamaba la senadora, profesora y conocida sindicalista de ANPE. Pues sí,  Ana, ya lo somos.
  ¿Y con ello daremos respuesta real a los problemas de la educación? ¿Se solucionarán a partir de ahora el fracaso escolar y el abandono? ¿Tendremos, por fin, una educación que promueva y premie la excelencia? ¿Reconducirá las conductas? ¿Mejorará la calidad de la enseñanza?¿Se motivarán más nuestros alumnos?¿Serán más libres, más humanos, más participativos y más cultos?¿Serán ahora los centros educativos un entorno más amigable para el talento?¿Se desarrollarán a partir de ahora las capacidades naturales de nuestros alumnos?
Me gusta tener más herramientas legales, nunca se sabe, tal vez algún día tenga que visitar los juzgados en algún proceso penal. No me vendrá mal tener la condición de autoridad pública, presunción de veracidad y todos esos privilegios legales que me confiere la nueva ley; pero el prestigio, el crédito y el respeto no me lo va a dar la normativa, no se impone. Eso se construye día a día. ¿Acaso creéis que con obediencia, autoridad, leyes y normativa se solucionan los problemas de las aulas? En los juzgado, tal vez, en las aulas, me temo que no. Y yo donde trabajo habitualmente es en las aulas.
Reconozco que esta nueva ley busca buenas intenciones, pero os aseguro que tras leerla y analizarla, no veo demasiado contenido educativo en ella, más bien tiene una visión reduccionista de la autoridad y de la disciplina. Profundamente legalista y normativista.  No le veo funcionalidad en los centros educativos, sí en los juzgados. Ya, pero es que yo trabajo en un Instituto de Enseñanza.
No creo que sea una buena herramienta educativa. Fracasará como estrategia para reducir el malestar docente en relación a la disciplina, al descrédito de la función docente,  a la apatía por la cultura, a la falta de respeto, al poco esfuerzo y trabajo del alumnado. No dará estabilidad, ni facilitará la convivencia. La mejora de esta, es un problema de competencia ética y moral no de obediencia.
Los docentes, los ciudadanos, la sociedad, estamos pidiendo otras cosas. Reclamamos otros ajustes, pedimos otros esfuerzos. Vosotros, los políticos, nos  pedís: austeridad, sacrificio, paciencia y comprensión; pero vosotros mismos, derrocháis privilegios, opulencia, lujo y ostentación. Nos dais cosas que no pedimos, pero nos priváis de las que os reclamamos con urgencia.
Estamos enfadados, incómodos, “indignados”. Hacemos sacrificios a nivel personal y profesional (aumento de ratios, bajada de sueldo, aumento de horas lectivas …), pero vosotros no nos escucháis y no ponéis remedio a lo que realmente nos importa, a lo que nos cabrea y a lo que nos quita el sueño; como por ejemplo:
 
• Obligar a que Sindicatos, partidos políticos y Asociaciones empresariales presenten sus balances y cuentas de resultados en el registro mercantil, como hacen la totalidad de empresas y otro tipo de entidades empresariales y fundaciones en España.
• Eliminación de cualquier estatuto jurídico privilegiado para la clase política.
• Responsabilidad civil, o penal, para todas aquellas personas que gestionen irresponsablemente, o irregularmente, fondos públicos.
 Por fin somos autoridad pública. “Los alumnos que causen, de forma individual o colectiva, de forma intencionada o por negligencia daños a las instalaciones o equipamientos en un centro educativo, quedarán obligados a reparar el daño causado o hacerse cargo del coste económico”. Vamos que el que rompe paga. ¡Qué obviedad!
¿Esto es todo lo que vais a hacer por solucionar un modelo educativo que no funciona?  ¿Damos aspirinas a un enfermo de cáncer? ¿Y lo realmente importante dónde queda? ¿Dónde quedan estas otras solicitudes nuestras, Ana? También las llevamos reclamando hace años. Mientras no ataquéis, con un proceso de curación bueno, lo profundamente enfermo de la educación, el paciente se morirá poco a poco.
En fin, ya soy autoridad pública. Como dice el otro, tú a lo tuyo. Sí ya, pero es que lo mío también es esto otro.  ¡Así nos va!